𝐉𝐮𝐞𝐠𝐨𝐬

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—¿Dónde estás EunJun? Voy a encontrarte~

KiHyun canturreaba por la casa mientras buscaba a su hijo en una especie de juego similar a las escondidas pero que por alguna razón que desconocía siempre acababa en su habitación.

Según el médico, dentro de los seis meses es necesario comenzar a estimular sus gateos y eso así, sólo que una cosa llevó a la otra y ahora estaban jugando mientras el pequeño se deslizaba a gran velocidad con ayuda de sus manitas y su pancita en el piso.

—EunJunnie... —el bebé aún estaba a mitad de recorrido por lo que KiHyun fingió no verlo, disfrutando de las risitas del pequeño.

Hasta que el timbre de la entrada sonó.

Rodando los ojos, abrió la puerta y aceptó las flores. Era el sexto ramo esa semana ¡Seis en total! Todos con algún mensaje de HyunWoo que lo hacían sonreír poco antes de quejarse.

—Por favor dígame que es la última.

—No puedo decirle eso, señor. —sonrió el repartidor divertido, por la frecuencia que visitaba el lugar era casi parte de la familia.

EunJun comenzó a llorar y KiHyun agradeció para regresar al interior rápidamente a tomar al bebé en brazos, esa era su manera de avisar que había llegado a su destino.

—Otro ramo, EunJunnie. ¿Por qué no mejor le decimos a papá que deje de intentar adivinar cuando es nuestro aniversario? A este ritmo llenará la sala de rosas.

Y no era mentira, los ramos no disminuían en tamaño y poco a poco la habitación principal quedaba infestada de plantas.

—¿Quieres ver qué dice la de hoy?

Moviendo la tarjeta, comenzó a leer en voz alta mientras el bebé estiraba sus manos para alcanzarla.

“Feliz aniversario, amor mío.”

S. H

—Y el idiota siempre logra conquistarme.— refutó sonriendo embobado.

Sin dejar a EunJun, tomó las rosas y las colocó en un florero sobre la mesa. Apartó la carta para guardarla junto a las otras y al ramo del día antes lo colocó junto al resto en la sala, lejos del bebé o sus pertenencias, para después regresar a la alfombra dónde jugaban y escribirle al moreno que de seguro estaba esperando su mensaje.

"¿Te gustó?"

KiHyun escribió "Es igual a los otros cinco que enviaste" pero automáticamente lo borró, cambiándolo por "me encantó" aún si sabía que su pareja conocía el sarcasmo incluso por un mensaje.

El llanto repentino de EunJun hizo dejar al blanquecino todo y correr a él, estaba a su lado hace un momento y temía que algo le hubiese ocurrido en el descuido aunque no fue así.
El bebé estaba otra vez en la habitación, mirando un punto fijo al que KiHyun no había prestado atención antes.

EunJun miraba el oso de peluche, ese que le recordaba al que tenía cuando niño y HyunWoo le compró hace un tiempo atrás.

—¿Eso quieres? —con el bebé en brazos, este no tardó en estirar su manito para tomarlo y KiHyun no dudó en dárselo aún si sabía que acabaría cubierto de babas. —¿Es bonito, verdad?

Su corazón latía emocionado al ver a su bebé con él, había sido una parte fundamental de su embarazo y también de su vida. Como si lo hubiese sabido, EunJun incluso conocía dónde estaba guardado.

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