𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚 3

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El pronóstico del tiempo en la televisión había resultado certero aquél caluroso verano, dónde las lluvias eran tan deseadas como lejanas. Según el simpático hombre en la gran pantalla, las temperaturas iban a ascender con el pasar de los días y KiHyun, que rondaba los seis meses de embarazo, no podría estar más enfadado con aquello porque ¡Claro! Pensó, el sujeto de amplia sonrisa se encontraba en una habitación atemperada y de seguro no cargaba con una criatura dentro suyo que controlaba su termostato a gusto. Ellos tenían aire acondicionado, fácilmente podría relajarse en el sofá como de seguro lo haría el tipejo acabado el programa, pero tan pronto como lo encendía, tenía que correr a buscar un abrigo además de que la calefacción durante largos períodos de tiempo tampoco son recomendables ni para ellos, ni para EunJun.

Apagando la televisión, KiHyun se dirigió a la habitación de su hijo, EunJun, quién tomaba una siesta después del almuerzo. Su pequeño había crecido tanto que ver las fotografías en la pared le llenaba los ojitos de lágrimas. Ya tenía dos añitos. Junto a él descansaban sus muñecos favoritos, un osito y un hamster de peluche, mientras entre sus labios yacía un chupete del cuál no quería alejarse. KiHyun, tras confirmar que el pequeño dormía, regresó a ver las fotografías, pero esta vez no sólo del pequeño, sino también las que eran sólo de él y HyunWoo, en una época diferente pero con la misma sonrisa a pesar de los años. Del montón, una en específico llamó su atención.

A pesar de no verse en la fotografía, recordaba aquél día a la perfección, pues él y HyunWoo habían escrito sus nombres en la arena de una playa que solían visitar cada verano.

—¿KiHyunnie? ¿Estás aquí?

El bajito se sorprendió al oír la voz a sus espaldas. Estaba avergonzado de no haber recibido a HyunWoo correctamente pero el mayor omitió aquél detalle y se limitó a besarlo, como hacían cada día. Por supuesto el moreno no pasó por alto el portarretrato que sostenía KiHyun, él también recordaba ese fantástico día, dónde el mar jugó con ellos y la arena les permitió descansar de la vida en la ciudad algunas horas.

—Eun no conoce la playa. —dijo KiHyun con una mirada poco sutil.— ¿Podemos?

—¿Estarás bien?— respondió HyunWoo, que aún sudaba por el calor de afuera. —Ahora hay demasiado sol, amor.

—Lo sé y EunJunnie está durmiendo. ¿Pero qué dices de cuando despierte?

Considerando que el viaje les tomaría una hora como mucho, el moreno asintió. Sería un viaje familiar.

El bajito saltó de alegría y por un momento, olvidó lo mucho que detestaba el verano. Adoraba la playa. Antes de que EunJun naciera iban con frecuencia, pero por obvias razones desde la llegada del pequeño —y meses antes— el viaje quedó como un viejo recuerdo de la adolescencia.

Después de que HyunWoo comiese su almuerzo, tomó una siesta para estar descansado a la hora de conducir. KiHyun también durmió pero menos tiempo ya que sus ansias lo tenían de un lado a otro, preparando bolsos o en búsqueda de protector solar que a pesar de tener, no encontraba por ningún lado.

—¿Dónde habrá quedado? —se preguntó en voz alta antes de ir a la habitación de EunJun, el pequeño lo había tomado como juguete y desde entonces no ha vuelto a saber de él. —Tiene que estar por aquí…

Miró en cada rincón, dentro del armario y también en las múltiples cajas de mimbre que contenían juguetes. El bloqueador solar había desaparecido junto con sus esperanzas de encontrarlo. Aún así, la búsqueda interminable quedó en segundo plano cuando EunJun llamó a su padre fregando sus ojitos, recién levantado. 

🧸            ¿𝐀𝐠𝐢?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora