Ellie

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Narra Jules:

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Narra Jules:

—Estoy nerviosa— bebía café, mientras mis ojos sólo veían nieve, sentí la mano de Eddie en mi muslo.

— Todo va a estar bien, corazón—me sonrió, esas cosas así, hacen que me sienta en un lugar seguro. Eddie está con su mirada puesta en el camino nevado, sus manos están tomando el volante, hace que sus anillos tomen relevancia en lo bien que se ve, en lo hermoso que su cara eso, en su nariz, sus labios y cómo su mandíbula se marca, quizá sólo esté enamorada, pero estar con él, se siente como nadar en una alberca llena de glitter, unicornios, arcoíris, y gatos.

— Te amo— lo miro, sin intentar disimular una sonrisa.

— Y yo te amo más— besó mi mano, sin poder mirarme para prestar atención en el camino— ¿Cómo va Milo?— pregunta divertido, yo volteo a verlo, se encuentra estirado en los asientos traseros, malhumorado como siempre.

— Bien, supongo— respondo.

—Primera vez que subo a un gato a mi coche— habla divertido, yo observo a Milo.

— No le vuelvas a decir gato— le hablo bajo y Eddie sólo ríe.

Mátalo Jules, podemos esconder su cuerpo en la nieve— Milo me lo decía con la mirada, lo sabía, era consciente de eso.

— Milo tiene constantemente cara de que quiere asesinarme— Eddie hablaba mientras conducía. Sabía que era verdad, pero no iba a decirle: Sí, mi gato anhela con ver tu cadaver. 

— Mi abuela es loca por los gatos— Eddie habló— amará a Milo de seguro—sonreí, al principio pensé en dejárselos a Jal y Ashton, pero después pensé que no era buena idea, ya que salen mucho de fiesta y fuman hierba, así que opté por hacer el esfuerzo y salir de paseo junto a él.

El viaje fue largo, probablemente de unas diez horas, paramos a lo puntual, queríamos llegar rápido, el camino estaba peligroso, pues había nieve de sobra, lo cual era hermoso, pero a la vez sí me daba miedo, pero mi corazón comenzó a tranquilizarse cuando comenzamos a ver un camino lleno de pinos , y faroles que iluminaban el camino.

— ¿Estamos llegando?— le pregunté.

— Ya estamos llegando— Eddie me respondió— ¿No es encantador el lugar?

— Pues pareciera que acá vive Santa— solté divertida. De pronto Eddie cambió la dirección y se bajó a abrir un gran portón color negro, se subió nuevamente y  comenzó a conducir hasta adentrarse en un camino de rocas, pero lleno de nieve por los lados, había una casa color verde bosque con partes de madera, hermosa y bien iluminada, de pronto la puerta se abre y una mujer bajita, de melena rubia y ojos marrones como los de Eddie, nos saludaba alegre. 

— Ella es mi abuela—Me sonrió, podía sentir su felicidad.

— Qué linda casa—solté.

Mastermind (Eddie Munson) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora