Salida de a cuatro

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Narra Jules:

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Narra Jules:

— Sólo tengan cuidado al conducir— Ellie, le advertía a Eddie. Le habíamos comentado que decidimos aceptar la invitación de John, a pesar de odiar el tener que aguantar a Becca, sabía que era mucho mejor tenerla en la mira, a dejarla tan libremente.

—Claro que sí, Abu— Eddie acarició de manera tierna la mano de su abuelita.

Eddie podría hacerme mil hijos y no me quejaría.

Sentí su otra mano en mi muslo, por debajo de la mesa. Yo abrí mis ojos, me sonrojé como un tomate.

—  Pueden dejar a Milo tranquilamente en la casa, ese gatito es lo más tierno que hay— Ellie me sonrió.

...

Estábamos en su cuarto,  yo buscaba mi ropa para salir y Eddie llegó desde el baño, con una toalla amarrada en su cintura, a pesar de que no era una novedad su cuerpo, no podía evitar el sentimiento sentirme avergonzada por compartir la intimidad, aunque no me molestaba, pero era extraño el simple hecho de vestirme frente a sus ojos.

Aunque al menos su cuarto era grande, y la verdad es que había miles de habitaciones, si estábamos juntos, era simplemente porque queríamos.

— ¿En serio quieres ir?— Eddie se sentó en la orilla de la cama, sacó el Jesús escondido y lo puso sobre un mueble— Yo me volteé a verlo.

— Eddie...pues sí, es decir, somos jóvenes. Y en el fondo son tus amigos de la infancia.

— Pero Becca te cae horrible, y créeme que no es de mi total agrado. Pero bueno, los vecinos ayudan bastante a mi abuela en ausencia mía y de Wayne — se encogió de hombros—Los Smith son buenas personas.

— Te entiendo— me acerqué a él y tomé sus manos— Y si esa chica sigue coqueteándote, voy a golpearla con una botella en la cabeza— me aferré a su cuello, húmero por la ducha recién tomada.

—No hagas eso— Eddie mordió su labio inferior— Haces que me pasen cosas.

— Sólo he puesto mis manos en tu cuello— le sonreí.

— Sí, pero me dan ganas de recostarte en esa cama— Eddie puso sus manos en mi cintura— Creo que después del bar podríamos irnos a otro lugar— Eddie  me miró divertido— Hace un buen tiempo que no pasamos un buen rato solos.

— Contigo siempre diré que sí— acaricié su rostro— Te amo y mucho.

— Te amo Jules— pasó su dedo índice por mi labio inferior— No sabes cuanto me encantas.

— Ya no hagas esas cosas, que me arrepiento de salir — le sonreí, pero Eddie  se acercó a mi oído.

— ¿Prefieres quedarte y que lo hagamos?— susurró en mi oído— Si quieres cambiamos los planes, mi amor— mordió mi oreja— No sé qué demonios pasa, pero me desperté pensando  en que quiero cogerte esta noche.

Mastermind (Eddie Munson) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora