¿Villana?

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Narra Jules:

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Narra Jules:

Había salido a comprar para preparar algo de cenar, Eddie saldría tarde de la universidad, y era mi día para cocinar. Cuando iba a entrar al supermercado, una señora tomó mi brazo, me miró como si me conociera, como si tuviera que decirme algo, yo la miré sin saber quién era, sin reconocerla.

— ¿La conozco?— le pregunté y ella me miró.

— Podemos hablar un momento...— su mirada no me permite hacer un juicio sobre ella, sobre cuáles son sus verdaderas intenciones.

—Claro, pero ¿Quién es usted?—vuelvo a preguntar.

— Me llamo Beatrice—carraspea y fija su mirada en mí nuevamente— Soy la madre de Rosie. Y de Nicholas.

Rosie, ese maldito nombre, odiaba tener que recordarlo.

— Ah— sólo digo eso, nada más, no sé bien qué responder a eso— ¿Por qué me busca?

— Tú eres Jules, la chica que le ha robado a Eddie— la miro molesta, ¿Por qué se cree con el derecho de decirme eso?

— ¿Perdón?— pregunto, con mi cara de evidente molestia, y es que pienso que merezco respeto, de hecho, no es sólo un pensamiento, lo merezco, sin peros— Yo no le he robado nada a nadie.

— Sé que Eddie vive ahora contigo...

— Sí, pero ha sido por culpa de su hija— me defiendo— Ella se ha puesto como loca.

— Ustedes eran amigas, y le hiciste ese daño.

— ¿Amigas?— pregunto divertida— Sólo la conocí por Nicholas, pero amigas nunca fuimos. Además, conozco a Eddie hace mucho más. Y ella es quien le hizo daño.

— Rosie está sufriendo. Mucho— me mira, me habla como si quisiera conseguir algo de mí, como si yo tuviera la obligación de cancelar mis planes sólo por Rosie y sus problemas.

— Ese no es mi asunto— quiero darme la vuelta para entrar al edificio, pero ella jala de mi brazo.

— Déjalo, Jules— sabe mi nombre, no me gusta la sensación de que ella me habla como si me conociera, como si tuviera la facultad de decirme qué hacer.

— ¿Perdón?— pregunté.

— Eddie es de mi hija. Ellos tienen un vínculo mucho más estrecho que el tuyo con él, mi hija sufre, dice que no quiere vivir sin él ¿Sabes cómo me siento yo?— No podía creer en esas palabras, la mujer estaba loca, loca por complacer a su propia hija,

— Lo siento, pero yo no pierdo más mi tiempo con Usted.

— Rosie comenzó a tratarse nuevamente, quiere recuperar a Eddie, él es lo único que le hace feliz y si tú estás con él, entonces mi hija morirá de pena— la mujer hablaba con desesperación y yo sentía un malestar estomacal de tan sólo presenciar ese momento tan extraño, no es normal que una madre haga eso por su hija, podría simplemente asumir las cosas como son.

Mastermind (Eddie Munson) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora