Segunda parte de "Bigger boys and stolen sweethearts"
Pasan cinco años del amor de Jules y Eddie, las cosas cambian, Eddie vive en un infierno, y Jules quiere que Eddie recupere el amor que tenían.
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Narra Jules:
— Esa tipa sólo busca caerse en tu pito y lo sabes—le hablaba molesta y él se reía— ¿Y te ríes, en serio te ríes?
— Lo siento, no es gracioso como tal, pero es que ¿Qué puedo hacer?
— No lo sé Eddie, no lo sé— hablaba desesperada— Tócame una jodida teta frente a ella y así le queda claro a quien te coges— solté, pero Eddie parecía no aguantar su risa.
— Amor, Becca es ... no lo sé, es más chica, tiene 23 años.
— Eddie, yo tengo 24— lo miré más irritada aún— Y tú ya tienes 26.
— No tienes por qué pensar en Becca, mi corazón es sólo tuyo...— Me miró y tomó mi mano, hacía un frío terrible, pero yo estaba dispuesta a estar en esas jodidas tradiciones de mierda con tal de mantenerme al lado de Eddie frente a la presencia de Becca. Eddie usaba una chaqueta y bufanda, pocas veces lo veía así de abrigado, pero se veía tierno, de eso no había dudas.
— Sólo espero que esa chica no salga con esos comentarios fuera de lugar , porque o sino....
— Sólo disfruta de la nieve en la playa, es extraño, pero malditamente hermoso— Eddie hablaba mientras conducía.
— ¿Tienes ropa extra?— pregunté, él negó con la mirada.
— Genial— resoplé.
....
Eddie estacionó el coche en la carretera, ahí había un camino corto que conducía a la playa, estaba todo nevado, y hacía frío, en otro coche estaba John y Becca, esperándonos, ellos habían llegado antes, por eso supuse su espera.
Nos bajamos, la luna iluminaba la noche, Eddie tomó mi mano y juntos bajamos a la playa, que estaba completamente nevada, las aguas del lago eran tranquilas, pero sabía que estaban frías, de eso no había dudas.
— ¿Ha sido complicado el camino?— John nos preguntó. Me miraba con una sonrisa.
— No, para nada — responde Eddie de inmediato. Becca se acerca a él.
— ¿Qué esperas para meterte al lago?— la chica comenzó a quitar su ropa frente a Eddie, como si aquel espectáculo fuera sólo para él.— Ven, Edward— tomó su mano e intentó arrastrarlo hasta la orilla del lago.
— No, voy a esperar a Jules— frenó y me miró. Se quitó la playera, y después comenzó a desabrochar su pantalón. Caminó donde estaba yo.
— ¿Segura quieres hacerlo?— me preguntó.
— Claro, no creo que sea para tanto— intenté hacerme la valiente.
— No es necesario si no quieres—Becca se paró al lado de Eddie. John nos miraba desde más lejos.
