El juego del amor (Gay)

Capitulo 17: El juego del pasado.

Las dimensiones paralelas se dividen en puntos diferentes, la vida queda a la deriva sin ninguna oportunidad de rehacerse por completa, pero a veces el mundo que conocemos se coloca de una manera tan errónea que nos demuestra que el dolor y la pasión son más fuertes que la traición.

Las cosas que conocemos se convierten en nuestros enemigos, en nuestras pesadillas y logras ser algo que jamás habíamos visto, nos sorprende hasta el punto en que nos demostramos mutuamente que el rencor se apodera por todo el corazón tapando esa parte dulce y sincera de nuestra alma.

Para Math conocer el pasado de Liam era una puerta que por ahora no se veía medio abierta, pero ahora que Liam podía demostrar su verdadero interior, el pasado y tormento del mayor se hacían más fáciles de expresar. Quizá Math no sabía nada del pasado, nada del presente, pero sabía que algo había entre ellos dos, algo que no dejaba a Liam estar en paz, o por lo menos tranquilo.

Después de aquella noche, para Liam el poder demostrar su interior fue quitarse un peso de encima, el poder compartir con Math sus temores y secretos que le aterraban en un mismo espacio de dimensiones. Liam compartió con el menor su a tormentoso pasado, la pérdida de su madre desde una edad temprana, junto con las cargas que estás cayeron junto con lo demás.

El caso de su padre era un tema muy aparte, para Liam más que un pasado tormentoso, las lecciones y enseñanzas de su padre fueron algo duro pero importante en su vida, siendo gracias a él por quien era fuerte, su padre nunca le importó su bienestar o sus emociones que había vivido en el día. Para su padre sólo era importante el carácter con el que su hijo estaba creciendo.

El pasado de Liam quedó abierto, aquella puerta que se sometía a estar cerrada para siempre, ahora por fin se había abierto para los ojos de Math, quien no veía a Liam como alguien frágil que sufría con todo aquello. Lo que él logró ver fue todo lo contrario, la madurez y la fuerza con la que el mayor lo manejaba era una inspiración hacia él.

A comparación con el pasado de Math, lo que el mayor había sufrido no se acercaba nada con lo que Math había tenido que luchar, las noches en las que despertaba gritando por causa de las horribles pesadillas que había tenido por consecuencia del secuestro. Los días en que había estado encerrado en una cabina de metal, con un tazón de agua y poca comida que le traían sólo por las noches.

A su corta edad, fue lo que había marcado un antes y después en su vida, para después vivir con los traumas que su hermana menos había desarrollado, la mudanza y los trastornos mentales con los que su madre ahora vivía, eran los motivos suficientes para que Math supusiera tenía un pasado más atormentado.

Con el paso de los días todo había estado tomando lugar como debía, Lucy había sido dada de alta después de una intervención que por suerte había salido del todo bien, el pequeño desliz había pasado y ahora la familia de Math podía volver a dormir en paz por aquella noche. Dos días después del regreso de Lucy, el padre de Math lo fue a ver por la noche:

-¿Estas despierto hijo? -Susurró el señor tomando asiento junto al cuerpo reposado de Math.

Math entre abrió los ojos para tomarse con su padre que le hablaba. -¿Pasa algo? -Preguntó éste al ver como su padre susurraba.

-He estado pensando sobre lo de tu madre. -El señor Mazón había tomado la iniciativa de buscar ayuda profesional con respecto a su esposa. -Por la tarde he hablado con un Doctor muy recomendable, él nos ayudará.

Math pensó en su madre, y en como esto la afectaría de mil maneras, ella nunca había tenido ningún problema con respecto a la mente, dejar a Lucy y a él sería un gran reto para ella desde el día en que sea internada, ambos sabían que no sería fácil para cualquiera de la familia.