Satisfacción || KatsuDeku

VIII : A Solas

Esa excusa que se le ocurrió cuando le entrego la comida la noche anterior, esa que quería decir para tener conversación con el pecoso fue algo fugaz que se le ocurrió en el momento y ahora se quiere golpear.

El rubio estaba más que nervioso, quería que lo tragara la tierra y se siente tan ridículo que quisiera golpearse, espera haber sonado seguro cuando hablo con él porque estaba más que ansioso y su maldito corazón no dejaba de golpear fuertemente su pecho... Ahora espera en una mesa a qué el trabajo de Izuku termine para llevarlo a algún lugar ya que Katsuki no podía invitarle algo de en dónde ya trabaja por lo tanto piensa invitarlo a una cafetería pero no podía pensar en algo más original ¿Que mierda pensaba cuando le dijo eso?

Bakugou quería escapar y tragarse la humillación y jamás hablarle al pecoso otra vez pero no podía, él es demasiado orgulloso como para hechar para atrás cuando tal vez estos sean momentos que jamás tendrá.

Bebe de la segunda botella de Sake en su tarde libre y se da el lujo de poder admirar su alrededor con más tranquilidad y paciencia, algunas personas ya se estaban retirando; suspira en su lugar y decide ir al baño... Dió algunos pasos estando distraído, emocionado y ansioso cosa que no sabe de dónde salió pero todas esas emociones se desmoronaron frente a él cuando sintió su cuerpo moverse.

El estruendo del lugar alertó a todos haciendo que los  ojos ajenos se movieran hacia él. Miro frente de si para ver al culpable y fue ni más ni menos que el peliverde quien ya ahora está en el suelo, al parecer llevaba dos té verdes y un soba frio.

Si hubiese sido otro Bakugou tal vez lo golpee ahí mismo sin importarle una mierda los demás, de algún modo de él mismo sé esperaba esa reacción; pero jamás llegó. En cambio a duras penas estiró su brazo hacia el sin decir ninguna palabra.

— ¡Realmente, realmente lo s-siento mucho! — Chillo avergonzado por su torpeza, Izuku es alguien muy torpe pero cree que hoy se paso demás. Acepto la ayuda del rubio ceniza quien no dijo nada; el peliverde sintió que lo arruino todo en esa pequeña amistad que el piensa que por fin tendrá; pero como siempre tiene que arruinarlo. Sus ojos miraban los contrarios aunque estos se veían distraídos y a la vista del pecoso el contrario se veía enojado.

Desanimado desvió su mirada hacia abajo dándose cuenta de la ropa ajena la cual estaba mojada y de la camisa del rubio goteaba té verde. Cubrió su boca con asombro y disculpándose mil y un veces con el ojí-carmín mientras se lo llevaba prácticamente a rastras del baño mientras su compañera Hagakure limpiaba el desastre y levantaba lo regado disculpándose con la clientela por el pequeño problema que se presentó. Los demás no dijeron mucho; tan solo aceptaron las disculpas aceptando que fue un accidente.

En el baño Izuku pasaba toallas y demás a la vestimenta ajena mientras se disculpaba, Bakugou estaba perplejo hasta que salió de su trance.

— ¡Oye, oye! ¡Detente, tonto! — Lo tomo de los hombros haciendo que los nervios de Izuku se centrarán en sus ojos, los cuales mostraban extrañeza aunque su ceño estuviese fruncido. El peliverde se alejo y cubrió su cara para seguido de eso arrastrar sus manos hacia abajo llevándose parte de su cara por el estiramiento.

— Lo siento, soy muy torpe. No te había visto. — Y con eso golpeó ligeramente su cabeza para regalarse el mismo perdiéndose en sus humillaciones públicas prácticamente como lo que se presentó hace segundos. — Ahora estás así por mi culpa y-

— Deja de disculparte, maldición. — Ante la mala palabra las dudas de Midoriya se tacharon como “Enojo” quedándose quieto en su esquina. Se siente muchísimo peor por haberlo hecho enojar. Quería estar tres metros bajo tierra. La mirada roja se dirigió hacia el haciendo que el pecoso diera un sobresalto imaginando los peores escenarios. Pero quedó perplejo cuando el rubio le había arrebatado prácticamente la toalla color vino de las manos. — ¿No vez que estás peor que yo?