Capítulo 9.

18 2 0
                                    

Lunes de nuevo, volvemos a la rutina. Lilian se ha quedado con nosotros en estos días, hoy se ofreció a llevarnos. 

Una vez que llegamos al trabajo mamá se fue a su área y Lili se quedo conmigo en la cocina, como es muy temprano aún no han llegados todos y ya avance hacer lo que me toca hacer. Así que me quedo platicando con Lilian.

 — ¿A qué hora saldrán hoy?—Pregunta mi amiga.

—Se supone que hoy salimos a las seis de la tarde, ya que los lunes hay poco que hacer.

—Bueno pues iré hacer un par de cosas y llegaré como a eso de las tres, así me quedo un ratito en la piscina y me voy con ustedes. Bueno si ustedes me aceptan otra vez en su casa—se hace pequeñita en su lugar cuando menciona lo último.

—Lili, sabes que tú eres más que bienvenida en casa, eres parte de ella ahora—le doy medio abrazo.

—No me gusta estar sola en casa—confiesa con pena. —La casa es demasiado grande para mí sola.

—Nuestra casa es pequeña, pero tienes mucho calor con nosotros.

—Los amo como no se dan una idea.

—Y nosotros a ti.

—Bien, bien, mejor me voy o terminaré llorando a mares. Paso por ustedes más tarde ¿Sí?—se limpia los ojos y sonríe.

Solo asiento y me tira un beso.

Estamos a medio verano, es agosto y en el club la mayoría de las personas que asisten son los adultos que juegan Tenis, tienen prácticas de equitación. Así que mucho que hacer no hay, son pocos los que llegan al restaurant, tengo tiempo de sobra para planear que haré cuando llegue a casa. 

Mi mamá vino a la hora del almuerzo, platicamos de que Lilian se quedará con nosotros unos días y que vendrá en un rato más. Luego atendí mesas, bueno hice de todo lo posible para no quedarme dormida. Estoy tan distraída quitando unas pelusas de mi uniforme que no note a que hora llego mi amiga. 

Yo suponía llegaría más tarde, sé que dijo que a las tres, pero conociéndola creí que llegaría casi cuando fueran las siete. En serio me sorprende que esté tan puntual.  Lili Estaba en una de las mesas en el restaurante, cuando llego su primo, sí, Asher llego de nuevo. Tomo asiento en la misma mesa, pero no se ve como el mismo de hace días, ahora lo note mucho más decaído que la última vez que lo mire, Su mirada estaba triste, esa sonrisa de siempre no estaba.

Cuando me acerque a tomar la orden, no trato ni siquiera de hablarme como las otras ocasiones, no voy a negar que me sentí mal, él siempre me habla, me da los buenos días y todo eso. Ahora sentí lo que siente cuando soy tajante con él.

Ha estado platicando con Lilian por mucho tiempo, ella ha tenido que darle como tres abrazos y muchas palmaditas en el hombro. Y yo, yo no puedo con estas ganas de saber qué pasa. Mi lado chismoso quiere saber, pero también no debo meterme en esas cosas.

Han pasado dos horas y Asher hace un ademan de ponerse de pie, Lili hace lo mismo y se dan un abrazo, y él se va, ahora un poco más animado. Como Lilian nos esperó para irnos a casa. Estando en su auto quiero preguntarle, pero no quiero que mi mamá escuche, porque luego se hace novelas en la cabeza. Pasamos a comprar algo al súper, solo se bajó mamá, yo me quede con Lili en el auto.

Okey es ahora o nunca.

Tú puedes Aitana, es solo una pregunta, no pasa nada, todos sabemos que a veces eres chismosa. Pero no me salen las palabras de la boca. Pero mi amiga parece leerme la mente y rompe el silencio.

—En estas fechas se pone triste—Dice mirando hacia la ventanilla del auto.

—¿Eh?— me hago la loca.

DescubrámosloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora