Capítulo 25.

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NOTA:  Este será un capítulo corto, pero será un parte aguas de la historia.



Escucho con claridad como resuena mi corazón, el sudor en mis manos es inmediato y siento mi garganta seca. No sé qué cara hice porque Asher me ve un poco preocupado, me toma de la mano y habla bajito.

—¿Pasa algo? ¿Te sientes mal?

Tardó en responder y un nuevo mensaje llega. No lo miro y le dedico una sonrisa nada convencedora a mi novio.

—Todo bien, pero debo ir al tocador... —acaricia la mano que tiene entre las suyas y asiente. —Ya regreso—anuncio.

Camino al supuesto baño, pero no sé ni por donde salir o que carajos hacer, siento que todo mi cuerpo tiembla y el sudor empieza a cubrir mi piel. Y un mensaje más llega.


Sal ahora Aitana, no seas tan idiota y usa la puerta del costado.


No sé y ni quiero saber cómo carajos se entera de esto, se supone la casa tiene una buena seguridad nadie sale y nadie entra sin autorización de un guardia, pero a él parece que todo juega a su favor.

Camino muy lento para abrir la puerta sin hacer ruido y salgo a la pequeña sala que hay cerca de la piscina, volteo a todos lados pero las cámaras no me alcanzan a capturar.


Solo camina hacia los arbustos. Date prisa.


Voy a donde me indico y solo siento como una mano grande y cubierta por un guante me tapa nariz y boca, me exalto por ese olor tan característico de Manuel Torres.

—Al parecer cuando te digo que seas rápida, caminas más lento—me libera de su agarre y quedo frente a él. —La próxima vez que te diga que salgas o vengas, hazlo rápido.

—...¿Cómo entraste?... ¿Para qué quiere...?

—Shhh—pega su dedo a mi boca y por inercia doy un paso atrás. —Escucha atentamente. Tienes un límite para decir, pero como sé que no te acuerdas del trato te lo recuerdo. Para cuando este año termine debes saber si te vas a ir conmigo y con mi hija y dejamos que tus "seres queridos vivan" o te quedas con ellos y yo mando matar a tus papis y a tu estúpido novio, así te quedas como un maldito perro...

—No puedes aparecer después de mucho tiempo y querer llevarte a mi hija...

—Esa niña lleva mi sangre, esa niña es mi familia y por tanto debe crecer conmigo y no con ese maldito hijo de puta de Miller, Su sangre no corre por sus venas, su genética me pertenece ¿Está claro?—me toma de las mejillas, aprontando fuerte.

—Voy a llevarte a juicio, no puedes llevártela...—su agarre es más fuerte.

—Si le dices a las autoridades sobre esto, te juro Aitana que ni a esa niña voy a dejar viva...

Cuando escuche eso mi corazón se aceleró y las lágrimas no se detuvieron. Me soltó y limpio mi lágrima, tire hacia atrás para evitar contacto pero alcanzo hacerlo, lamio su dedo y me lanzo un beso.

—No vas a amenazarme, en este juego voy a ganar yo.

—¡Cariño! ¿Saliste? Aitana.

La voz de mi amiga me altera, porque Manuel sonríe aún más y eso causa muchos más escalofríos que escuchar una voz a las tres de la madrugada.

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