Capítulo 30.

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Asher.



Ya pasaron semanas desde que no sé nada mi mujer y mi niña. Han sido días de angustia continua, he dormido muy poco tratando de encontrar alguna señal de donde puedan estar, pero nada. Cada vez que creo que llegare a una respuesta solo topo con un muro.

El detective no me da soluciones, según dice que no hay rastros ni hilos de los cuales tirar. No creo que el mundo sea tan extenso como para no encontrarlas.

He intentado hablar a solas con Oliver, pero no hay lugar siempre hay alguien o algo que nos interrumpe. Comienzo a creer que Mariana todo que ver en todo esto, pero claro no tengo pruebas de eso. Mi Prima tampoco me ayuda demasiado, dice haber sabido que el padre de Dai las buscaba, pero según Mariana el tipo murió en México.

—Hermano termina esa maleta ya o nos dejará el vuelo—Diego me habla desde el umbral de la puerta.

—Bueno, no es como que quiera ir en realidad.

—Asher, me prometiste que irías y la abuela está feliz porque le confirmaste.

—Todo esto solo me atrasara en la búsqueda, he pensado en contratar a alguien más para que me ayude a encontrarlas....

—Hermano por favor—Diego me gira hacía él y me toma de la camisa. —Despierta un poco, yo sé que estás desesperado por tener información, pero estas olvidando al resto del mundo. Ya casi no me visitas y cuando lo haces es solo para hablar de Aitana, a Lili la ignoras por completo y cuando hablas con ella solo la pones a sobre pensar todo lo que sabe de ella...

—Y tú por favor entiende Diego, estoy en un maldito laberinto desde hace semanas y no sé cómo salir de él.

Camino al otro lado de la habitación y me siento en la cama.

—¿Te has puesto a pensar que si se fue es por qué quería hacerlo?...

—Pero que mierda hermano—me pongo de pie.

—Pues piénsalo bien, si no le dijo a nadie que se iba y ya te había terminado, no creo que haya nada turbio detrás de eso.

—Sal de aquí Diego. Si es así pues quiero averiguarlo.

Me pongo de pie y meto la ropa como sea a la maleta la cierro y salgo de la habitación dejando a mi primo ahí dentro.

Decidí ir yo solo en mi auto hasta el aeropuerto, este viaje lo tomare a Toronto lo tomare como una oportunidad para encontrar a un detective que si haga su trabajo. llego al aeropuerto y encuentro a Lilian y mi tía ahí, esperando por mí y mis primos.

—¿Dónde están los demás?—me dice Lilian al llegar con ellas.

—Vienen en su auto. Voy por algo de beber ¿Quieren algo?

—No hijo, gracias—me contesta mi tía y yo me voy a comprar.

Cuando regreso ya estás mis primos y tías. Los saludo y se escucha la llamada a nuestro vuelo. Solo me pongo cómodo en mi asiento y me coloco las gafas de sol, no quiero mantener ni una sola conversación con nadie.

Me quede dormido a la mitad del vuelo, pero despierto cuando escucho un cuchicheo en el asiento de atrás.

—... ha estado así por semanas, lo quiero mucho pero su actitud ya me esta sobre pasando límites de paciencia—dice Lili.

—Está tomando la misma actitud de hace años, se está alejando de todos y no quiero que recaiga en...

—No, la verdad que no creo que recaiga, lleva años limpio y así seguirá, él es fuerte y todo esto tendrá un desenlace bueno.

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