Capítulo 14.

13 1 0
                                    

Desde esa noche en mi casa han pasado dos semanas que no he tenido ningún tipo de interacción con Asher, él ha tratado de hacerlo pero de una manera u otra puedo salir de la situación. Por otro lado los Stiven han pasado mucho tiempo con Lilian, ha pasado mucho tiempo en calidad con su mamá, me alegra mucho por ella porque sé que de verdad le gustan esos momentos.

También gracias a Lili papá ha empezado un nuevo empleo en casa de uno de sus vecinos como chofer, eso quiere decir que ahora ya tiene más tiempo para estar en casa y poder dormir a sus horas y no diga el salario, es realmente bueno.

Mamá sigue con el horario tedioso, le he dicho que ahora ganamos mejor papá y yo ella deje el empleo pero se niega rotundamente. Daila todos los días me acompaña a mi trabajo, mientras yo atiendo a las personas que van llegando ella juega feliz. Me han dado la oportunidad de que ella se quede en la guardería que le pertenece a la empresa, pero para mí es mucho más seguro tenerla a la vista.

También es estos días el innombrable no me ha mandado mensajes y espero que así sea por un buen rato, porque el no tener noticias de él me deja un poco más tranquila.

Una de las cosas malas que me pasaron es que hace dos días vino Kira al club, llego con su actitud arrogante de siempre. Daila jugaba al otro lado del mostrador cerca de la entrada, Kira entro en plan diva y tropezó con uno de los juguetes de Daila y se fue de bruces contra el piso. Corrí para ayudarla pero hizo un escándalo grandísimo, el señor Enzo tuvo que salir en mi defensa porque ella quería clavarme uno de sus zapatos de tacón en el cráneo. Le pedí disculpas, sé que eso no cambiaría nada, pero no fue intencional. Al final de cuenta se fue muy enojada porque el señor Miller dijo que no me despediría por eso, solo me dijo que cuidará que Dai no dejase sus cosas por ahí.

Así es mi vida, llena de dramas. Gracias a Dios ya es viernes y me iré a casa a descansar, bueno por lo menos hasta que sea hora de clases. Estamos a nada de Halloween, Laura y Lili darán una fiesta en casa de Lili. Aún faltan dos semanas pero ellas ya tienen casi todo listo. No quieren que nada salga mal.

No sé qué disfraz comprar pero debo pensarlo ya o me iré con mis jeans de siempre. Estoy tan metida en mis pensamientos que no mire quienes llegaron, es hasta que Dai se esconde detrás de mí que me doy cuenta. Los hermanos Miller están justo enfrente de mí.

―Hola―me saluda Asher con una de sus muy conocidas sonrisas radiantes, mostrando esa dentadura tan perfecta.

―Buenas tardes, bienvenidos a la América Club. Ya mismo les entrego sus gafetes.―conteste muy rápido.

― ¿Tienes una hija?―Abigaíl pregunta con desagrado. ―y si es así ¿Por qué esta en tú ligar de trabajo? ¿Acaso no sabes las normas que hay en este lugar?

―Abigaíl eso es algo que a ti no te interesa, pero si tanta preocupación tienes, sí, es su hija y papá la ha dejado que Daila este con ella. Por favor no te metas en asuntos que no te corresponden. Ahora solo entra a la oficina de papá y dile lo que quieres.―contesto Asher mirándola justo a los ojos y en un tono muy frío.

― ¿Qué diablos pasa contigo Asher? No vuelvas a hablarme así y mucho menos frente a una criada del club―contesto Abigaíl muy enojada.

―A mí no me amaneces y no vuelvas a llamar así a Aitana. Entra ya con papá que no tengo toda la vida para esperarte ¿me entiendes? ―mira su reloj y luego a su hermana que no se ha movido ni un milímetro y lo mira con ojos de furia pura.

―Eres un maldito imbécil Asher―contesto, y se marchó a la oficina del señor Miller.

―Debo a prender a contestar y no quedarme callada ¿Verdad?—dije muy bajito, y es que me da miedo.

DescubrámosloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora