12

1.4K 176 132
                                    

Sapnap estaba desesperado.

Había pasado toda la mañana y tarde encerrado en su cuarto, debido a que su padre lo tenía estudiando.

Según él, había empeorado mucho en sus lecciones, y ese era su castigo.

¡Estaban por ser las 11 P.M. y aún no podía salir de ahí!

Algo exasperado pateo la mesa, tirando en el proceso todos sus cuadernos.

Estaba lo suficiente enojado como para darse cuenta de que su bandana se había caído y estaba tirada a un lado de todo el desorden.

La puerta fue abierta.

—¿Que...? Sapnap ¿enloqueciste?

Su padre puso violentamente las llaves contra el escritorio, mirando a su hijo con molestia.

Ambas miradas brillando con furia.

—¡Estoy cansado de hacer todo lo que tú quieras! te he complacido toda la vida ¡y ya me harte!

Bad veía con sorpresa a su hijo.

¿Por qué estaba siendo tan grosero?

—¿Por qué estas tan enojado?

—¡Porque no me dejas salir de aquí!

—Tú no tienes nada para hacer afuera.

—¿¡Y como lo sabes!?

Ambos se callaron. Sapnap respiraba con cierta dificultad debido a los gritos y el estrés acumulado, mientras Bad solo lo miraba con decepción.

Un silencio incomodo se formó, hasta que unos ruidos en los pasillos les alarmaron.

Bad fue el primero en salir a checar que pasaba.

Sapnap reaccionó un poco tarde, pero lo siguió.

—¿Ya le avisaron a su madre?

—La señora estaba aquí cuando sucedió, venía a visitarlo.

Aquella plática lo hizo prestar más atención a lo que sucedía.

—¿Se fue?

—Me temo que si.

—La pobre mujer se veía destrozada.

Algo no estaba bien, tenía un mal presentimiento.

—Sapnap, regresa a la habitación— regaño su padre, tomándolo del brazo para arrastrarlo hasta su cuarto.

Sapnap ni siquiera rechistó, estaba más ocupado pensando en que sucedía.

—Papá ¿que pasó?

—Eso averiguó, quédate aquí.

Cerró la puerta con fuerza. Estaba encerrado de nuevo.

Se acercó a la perilla para darle media vuelta, extrañamente esta cedió.

¡No tenía candado!

Abrió la puerta con cierta lentitud, intentando no hacer ruido por si seguían afuera, pero todos parecían haberse marchado ya.

Inspeccionó mejor el lugar, comenzando a caminar por los pasillos con temor de que alguien lo descubriera.

Solo quería ir a ver a su novio y explicarle la razón de su tardanza, pero unas voces lo sacaron de su ensoñación.

Con curiosidad, se acercó hacia la puerta de aquella habitación demasiado cerca del almacén, ¿no se suponía que ya nadie pisaba aquellos pasillos?

¿Por que había personas ahí?

Memories? [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora