Cap. 5 | Odio con pinta de celos.

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La estabilidad en los lazos entre Integra y Alucard no duró mucho, tras su plática con Seras, el vampiro no dejó de ponerle un ojo encima a la líder, básicamente la espiaba en la espera de una señal, un signo que negara y destruyera las suposiciones de Seras... No ocurrió.

Cierto día, el ex-conde se encontró con Louis en la cocina, aparentemente atareado, más de lo normal. La sola presencia del vampiro hacía que el francés volteara y atendiera las necesidades del nosferatu, sin embargo no fue así. Extrañado se acercó a la zona de cocina notando la exagerada cantidad de comida, carnes en la estufa, sopas y demás platillos calentándose; ¿Por qué, si sólo habían dos humanos en la mansión?

—Oh, hola, Alucard. –le saludó el mayordomo. Ya había notado su presencia pero le ignoró creyendo que se retiraría. —¿Qué te trae por acá? ¿Necesitas algo?

El más alto negó sin despegar la vista del banquete que Louis preparaba.

—¿Por qué cocinas de más? –preguntó Alucard. —¿Algún integrante de la mesa redonda se quedará a comer?

Fue el turno del francés para negar y, atravesando su mano por el frente del vampiro, apagar la estufa. Con sus pupilas moviéndose de un lado a otro, asegurando el éxito del banquete, se olvidó de responderle, pues siguió con sus asuntos en otro lado de la cocina, picando algunas verduras que usaría después.

Alucard odiaba que lo ignoraran, aunque igual odiaba que le distrajeran cuando estaba ocupado asesinando ghouls en sus misiones. Tuvo un pequeño debate mental que terminó en él repitiendo sus palabras, captando, ahora sí, la atención del adverso.

—Lo siento, no te había escuchado. –mintió el humano. Lo ignoró dos veces y admitirlo le costaría la vida, probablemente. —Eh... Sí, tendremos visitas pero no de alguien de la mesa redonda. Sir Kennedy vendrá a cenar con la señorita Integra.

Ese nombre de nuevo. Los ojos carmín del vampiro soltaban odio sinsentido, por lo que decidió colocarse sus gafas de siempre, cruzándose de brazos ahora que sabía de lo que se trataba.

—Sigue siendo mucha comida. –se quejó Alucard.

—Sí, lo sé... –Louis se quitó los guantes transparentes desechables y los tiró al cesto de basura, enseguida tomó un par nuevo y se los colocó, con la diferencia de que ahora sí volteó a ver al monstruo. —Sir Integra quiere dar una buena impresión, por primera vez él vendrá a visitarla y recibí la clara orden de «preparar una cena inolvidable que le haga querer volver»

Alucard hizo un gesto de desagrado con los labios. No procesaba que su ama estuviese interesada en un hombre cualquiera como lo era Vincent Kennedy. Tratando de ocultar su evidente desagrado, giró su cuerpo dando la cara a la pared y se mantuvo quieto, no estorbaría al mayordomo, le bastaba platicar en lo que llegaba aquel mequetrefe.

—¿Tú crees que Integra esté enamorada de él? –cuestionó el monstruo, sorprendiendo a Louis, quien sólo rió en un principio.

—La señorita Victoria me hizo la misma pregunta hace unas horas ... Ustedes dos tienen ciertos celos, ¿O me equivoco? Protegen y se preocupan mucho por nuestra ama. –sonrió a ciegas del vampiro. —Es hasta adorable, si me lo preguntas.

—Integra tiene mejores cosas que hacer en lugar de ser la mujer de un hombre común y corriente. –escupió con odio, repitiendo el patrón que usó al charlar con Seras.

Louis no había tenido el honor -o desgracia- de ver a Alucard enojado, y no deseaba hacerlo de momento, menos cuando estaba tan ocupado preparando la comida. Planeaba mentalmente su estrategia de cambio de tema en el tiempo que Integra se presentó físicamente en la cocina también. Confundida por tener a Alucard en ese lugar, lo dejó pasar y fue directo a con Louis.

She's not mine [AluGra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora