Sophia
Me dirijo hacia el trabajo, en realidad al nuevo edificio donde se encuentran las nuevas oficinas. El día que llegue allí y vi ese enorme edificio frente a mí, entré en pánico y deseé que no tuviera que usar el elevador o que por lo menos la oficina no se encontrara en unos de los últimos piso para poder por lo menos utilizar las escaleras.
Sin embargo mis plegarias al universo no sirvieron de nada cuando el idiota de Eros agregó que el piso que utilizaremos de ahora en adelante como lugar de trabajo era el último, literalmente quise morir.
Se que nadie es culpable de ello, en realidad nadie sabe de mi claustrofobia solos mis mejores amigos y mi familia. Tampoco voy por la vida con un cartel en mi frente que diga que soy claustrofóbica, tal vez si mi jefe lo supiera, lo habría tenido en cuenta a la hora de buscar un nuevo lugar.
Pero tampoco quiero condicionar mi trabajo y el de mis compañeros, solo por mi culpa.
Debo superar una vez este miedo que tengo, que por suerte ahora no es tan grave como lo era antes, de a poco lo voy superando, quien sabe algún día quizá lo supere por completo.
Intento dejar de pensar en ello y continuo con mi camino hacia mi trabajo, llego al lugar, estaciono mi auto y bajo de él.
Thomas y Sanem me esperan fuera del edificio como prometieron. Sonrío al verlos ahí esperando por mi, hasta que lo veo a él, el maldito idiota egocéntrico y se me va la sonrisa al infierno.
Suspir profundamente intentando no alterarte tan temprano.
Debo aprender a vivir con su presencia, me saca totalmente de quicio. Pero es dificil cuando su sola presencia me estresa, destroza mi paz e invade mi mente, lo detesto.
—Buenos días —expreso al llegar a ellos.
—Buen día cariño —dice Sanem dándome un cálido abrazo.
—Buenos días Nix —pronuncia Thomas abrazándome y besando mi mejilla.
Clavo mi mirada en Eros y este sonríe.—Buen día jefa —expresa arrogante con una sonrisa en su rostro.
Maldito idiota.
—Buen día —pronuncio secamente.
—Presiento que hoy será un gran día —agrega Eros.
—Si tu lo dices —murmuro—andando que hoy tenemos mucho por hacer —ordeno.
Thomas toma mi mano entrelazando sus dedos con los míos y comienza a caminar tranquilo.
Miro a Sanem de reojo y está sonríe y lanza un beso hacia mí.
¿Que mierda planean estos dos? Tal vez solo estoy paranoica.
Nos adentramos en el elevador, me siento nerviosa, trato de relajarme. Cierro mis ojos y respiro profundamente. Thomas me acerca aun más a él y no me suelta en ningún momento, realmente es el mejor amigo del mundo.
Salimos del elevador cuando llegamos a nuestro piso, Hugo ya se encuentra esperándonos con una sonrisa en su rostro.
—Buenos días mis niños — expresa alegre, hoy amaneció de buen humor...
—Buen día jefe —expresamos los cuatro al unísono.
—¿Han descansado? —pregunta amable.
—Si, claro que sí —expreso.
Lo que no era cierto, no logré dormir bien pensando en que tendría que ver la cara de ese idiota todos los días.
—Bueno les enseñaré a cada uno su oficina. Siganme —se dirige hacia los pasillos cerca de la sala de juntas.
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Todo De Mi (Libro 2)
RomanceEros Finnegan no tenía intención de regresar a Barcelona pero una promesa a su tío hizo que cambie de opinión, por lo tanto se vio obligado a regresar junto a sus hermanos, todo será diferente en una nueva ciudad, un nuevo hogar y un bueno trabajo...