Sophia
Comienza un nuevo día y una nueva semana de trabajo en este horrible edificio. Otra vez repito nuevamente la misma rutina de todos los días, mis amigos me esperan, subimos juntos al ascensor y tratan de tranquilizarme.
A veces no entiendo como es que no se cansan de mí y me envían al infierno, tal vez sea que me aprecian demasiado o ambos tienen una enorme paciencia para soportarme, seguramente sean ambas opciones.
Tampoco entiendo como como es que el idiota de Eros realiza esa rutina con nosotros, raramente en silencio y sin emitir ningún comentario estúpido de su parte. Lo cuál es un gran logro teniendo en cuenta que lo único que sale de su jodida boca, son comentarios completamente inútiles.
Suspiro aliviada cuando por fin las puertas del elevador se abren frente a mis ojos, salimos de él y al fin puedo respirar tranquila.
Necesito encontrar una solución para mi claustrofobia, necesito superarla.
Sanem y Thomas se ocupan de ver como me encuentro, si me siento bien. Exageran un poco pero se preocupan por mi.
Luego de ello se dirigen hacia sus oficinas mientras que Eros y yo seguimos nuestro camino ya que para mi mala suerte mi oficina se encuentra frente a la suya.
—Sophia —habla el mencionado.Me detengo frente a la puerta de mi oficina y me giro para enfrentarlo cruzándome de brazos, preparándome mentalmente para oír lo que saldrá de su boca.
—Dime —ya era raro tanto silencio de su parte.—Olvide decirte algo —sonríe.
—¿Qué? —arqueo una ceja.—Te gané —expresa en tono burlón.
Maldito arrogante engreído, lo detesto y no estoy exagerando, tengo razón al decir que es un completo idiota.
—¿Cuántos años tienes? ¿diez? Maldito idiota.
—No soportas la derrota — comienza a reír.
—Te romperé la nariz —vocifero furiosa dando un paso hacia delante.
— Me gustaría ver eso —expresa dando un paso hacia mí sosteniendome la mirada.
Estamos en el pasillo de nuestras oficinas frente a frente y solo nos separa un paso de distancia.
Sostiene su mirada en mis ojos, luego por un fugaz segundo, la baja a mi boca.
—No me pongas a prueba porque lo haré con gusto.
—Gallina, si quisieras ya lo hubieras hecho —se aleja y sonríe victorioso.
Automáticamente siento el vacío de su cercanía, ¿que mierda? Eso no debería afectarme, por supuesto que no.
Tal vez debería golpearme, algo no está bien en mi.Tal vez ahora si me he vuelto loca...
<<Ya estás loca querida>>.
Dios, cállate estúpida conciencia.
—Sabes que hazme un favor y desaparece de mi vista.
Dicho eso, doy vuelta y entro en mi oficina.
Arrojo mi bolso en el sofá frustrada, me siento en mi lugar y enciendo mi ordenador.Mientras respondo unos mensajes de texto de mi hermano.
Sin embargo un nuevo mensaje de un numero desconocido llega.
Por un momento me asusto, tengo malas experiencias como sabrán.Abro el mensaje y leo.
Desconocido: Perdedora
Desconocido: Por cierto, soy Eros 😉
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Todo De Mi (Libro 2)
RomanceEros Finnegan no tenía intención de regresar a Barcelona pero una promesa a su tío hizo que cambie de opinión, por lo tanto se vio obligado a regresar junto a sus hermanos, todo será diferente en una nueva ciudad, un nuevo hogar y un bueno trabajo...