Decir que me volvía loca era poco, me encantaba, su tacto, sus gruñidos, todo realmente todo me encantaba de él, en tan poco tiempo se adueñó de todos mis sentidos, su mano tapaba mi boca para evitar hacer mucho ruido pero el sonido de ambas pieles chocar no ayudaba mucho, me alzó un poco para colocar una almohada debajo de mi pelvis dándole un mejor vista de mi entrada, estaba de espaldas a él, gire mi cabeza para mirar como amasaba mis nalgas a su antojo mientras humedecía sus labios, masturbo un poco su miembro para luego meterlo una vez más en mi interior, apreté las sábanas hundiendo mi rostro en las almohadas y gemir agusto, mordisqueo el lóbulo de mi oreja y gimió en la misma creándome mayor excitación, sujeto mi cuello alzándome un poco.
—¿Te gusta, uhm?—asentí rápidamente sin poder hablar, gustarme era muy poco, me fascinaba, una dura estocada me hizo soltar un pequeño grito de placer—Quiero que lo digas, Rosie.~
—Sí, me gusta mucho..~
Mi piel se erizó con su risa ronca, mordisqueo mi cuello una vez más liberando mi cuello, mis piernas temblaban y sentía que pronto llegaría a mi orgasmo, su agarre en mi cintura se hizo firme y sus embestidas aumentaron aún más, tuve que morder una almohada para no gritar, mis paredes vaginales se contrajeron alrededor de su miembro apretándolo más, cuando creí que llegaría él detuvo sus movimientos, dejé escapar un suspiro, me giro y me beso mientras su mano apretaba mis mejillas.
—Móntame pequeña— susurro en mis labios a lo que asentí, se tumbó a mi lado acomodando su cabello, me subí rápidamente en él aun con mis piernas temblando—Hermosa vista..
Sonreí por eso y jadee al bajar poco a poco en su falo metiendo lo que podía, tire mi cabeza hacia atrás gimiendo recibiendo pellizcos en mis pezones, ladee mi cabeza para mirarle y pasar mi lengua por mis labios bajo su atenta mirada, coloque ambas manos en su pecho y comencé con mis saltos rápidos y profundos, sujetó mi cintura y recorrió con sus dedos mi espalda, jaloneo mi cabello a su antojo al igual que mordió y lamió mis pezones, necesitaba llegar si o si, estaba enloqueciendo de tanto placer.
—Voy a venirme— con voz temblorosa logre pronunciar aquellas palabras, sujeto nuevamente mi cintura y fue él quien tomó nuevamente el mando iniciando con unas rápidas y profundas penetraciones.
Me abracé a él mordiendo su hombro al momento que mi orgasmo finalmente llegó a mí, mi cuerpo se estremeció un poco pero solo pude gemir por última vez, escuche su gruñido sabiendo que él también había llegado, sus penetraciones eran lentas vaciándose en mi interior, deje besos en su cuello mientras que él se giró dejándome al lado suyo, jadee bajito cuando salió de mí, dejo un tierno beso en mis labios y cerré mis ojos.
—Mañana tomaré la pastilla—me acomode mejor sintiendo las sábanas cubrirnos, sus dedos se enredaron en mi cabellera rojiza.
—De acuerdo, ahora duerme.
—Mandón— reí acurrucandome mejor, su brazo abrazo mi cintura, yo escondí mi rostro en su cuello, claramente ambos estábamos sudando pero no me interesó.
Dejo un sutil beso en mi cabeza y deje que Morfeo hiciese nuevamente de las suyas, estaba agotada y seguramente dentro de algunas horas estaré adolorida, el que fuese un poco brusco me había encantado, ¿Cómo se comportará después de esto?, claramente no iba a dejar que pasará tanto tiempo para tomar la pastilla, apenas logré comprarla la beberé, no es tan difícil.
Okay si es difícil, hace tres horas estoy esperando que Harry se termine de alistar para poder salir, diablos es peor que una mujer, con fastidio y algo de miedo entre sin avisar cosa que me arrepentí, me gire escuchando la queja de Helios por entrar sin tocar, me aclaré la garganta.
—Harry si en cinco minutos no estas abajo me iré sin ti— sin más cerré la puerta suspirando, debí suponer que estaría cogiéndose a Helios, acomodé mi cabello y caminé hacia las escaleras sintiendo un poco de molestia en mi entrepiernas.
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El hijo de Drácula
RomanceSu piel, su cuerpo y aroma me enloquecían, su imagen no salía de mi mente y aun podía sentir sus labios sobre los míos, supe que estaba jodida cuando se volvió una droga para mi, una la cual no podía dejar de consumir aunque quisiera. ¿Podría yo viv...