—¡Déjame en paz idiota! — grité mientras me removía para poder soltarme, era inútil debido a que su fuerza era mayor, alce mi codo un poco y lo deje caer para poder darle en sus genitales pero detuvo mi acción y me giro haciendo que lo mirara.
—No— sujeto con firmeza mi muñeca y me jaló fuera del departamento de Isaac, seguí resistiéndome pero me era imposible, me quejé mirando a mi amigo venir detrás de nosotros.
—He llamado a la policía, así que es mejor que la sueltes— en segundos se colocó delante de ambos frenando nuestro caminar, tomó una postura recta mirándole directamente a los ojos.
Debo decir que el cuerpo donde Daren se hallaba era de la misma altura que Isaac, pero seguía siendo más alto que yo, solo un poco, jalonee mi brazo pero este solo aplicó más presión y encajar mis uñas no le producía nada. Me estaba lastimando pero él solo miro al contrario con la misma postura que él.
—Ella es mía, por tu bien aléjate de ella.
—No es un objeto.
—Ella no, pero tú sí— soltó finalmente mi muñeca y me alejé sobando la misma, tenía una gran marca en ella y me dolía, se acercó más a Isaac siendo amenazante pero este no se movió ni un segundo—eres un objeto roto.
Su mano fue a parar en su cuello y apretó firmemente para así lanzarlo sin mucho problema hacia las escaleras, ahogue un grito dejando salir su nombre y correr hacia él con temor, estaba boca abajo y de su cabeza salía sangre, tape mi boca y con rapidez me acerque a él girándolo, palmee sus mejillas rogándole que despertara.
—Por favor Isaac, despierta— sorbí mi nariz moviéndolo un par de veces pero no abría los ojos, ya tenía las manos algo manchadas de sangre, en su cuello tenía la marca de los dedos de Daren.
—Hora de irnos.
—¡Era mi amigo!— aleje sus manos de mi dándole un manotón, me levante rápidamente encarándolo, el enojo y el dolor habían incrementado, lo mire negando un par de veces, miró unos segundos al chico—Y no pienso dejarlo aquí.
Me gire para agacharme pero su cuerpo ya no estaba, fruncí mi entrecejo sin entender nada, la mancha de sangre seguía donde mismo pero Isaac no, ¿Era un truco de Daren?, me gire para mirarle y escuché su suspiro pesado se agacho un poco y sin mucho problema me subió en su hombro, forcejee para que me dejase pero claramente no lo haría, acomode un poco mi cabello y mire los últimos escalones, abrí mi boca pero luego la cerré, ahí estaba mi amigo como si nada le hubiese sucedido, por unos instantes pude sentir alegría.
—Bájala— su tono era firme y algo grueso, su mirada estaba completamente en el contrario, de reojo note la expresión seria de Daren pero no le hizo caso y paso por su lado pero con la misma se detuvo comenzando a toser, me dejo de pie y miró sus manos.
—Imbécil— retrocedió más hasta quedar sentado en el último escalón, gruño cerrando sus ojos y tratar de mover sus manos.
Claramente no estaba entendiendo nada, me aleje de ambos mirando los inútiles intentos de Daren para levantarse, era como si su cuerpo no le obedeciera, de reojo mire a Isaac susurrar cosas que no podía entender este mantenía su mirada sobre el contrario, quería hablar y decir algo pero simplemente las palabra no salían de mi boca, escupió sangre y se quejó en un gruñido ronco que erizo mi piel, tape mi boca cuando en su cuello apareció una gran herida como la que tenían mis padres, la sangre no se hizo esperar.
—Basta—su mirada viajó hacia mí con lentitud y mi corazón comenzó acelerarse cuando lo vi cerrar sus ojos—¡Detente Isaac!.
Lo empuje en cuanto me había acercado a él, me miro en silencio y yo solo me alejé al ver el color negro en sus iris, retrocedí alejándome pero resbale con la sangre que había brotado del cuello del chico, me gire mirando el cuerpo sin vida y solté un grito cuando Isaac sujeto mi brazo levantándome, estaba manchada de sangre pero era lo que menos me importaba ahora, su mano tapó mi boca y lo miré horrorizada.
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El hijo de Drácula
RomanceSu piel, su cuerpo y aroma me enloquecían, su imagen no salía de mi mente y aun podía sentir sus labios sobre los míos, supe que estaba jodida cuando se volvió una droga para mi, una la cual no podía dejar de consumir aunque quisiera. ¿Podría yo viv...