Auroras desplegándose en un profundo cielo oscuro, dos lunas llenas sobre el ancho Río Han, un puente iluminado al costado y grandes montañas de fondo. Era el paisaje perfecto sacado de un cuento, pero ellos solo ponían atención a sus cuerpos.
El frío comenzaba a subir por sus delgadas manos apoyadas en la hierba, los copos de nieve caían lentamente decorando sus castaños cabellos, las miradas mantenían ardiendo su interior. Él se acercó para colocarle un abrigo en sus hombros, ella instintivamente se arrimó a sus labios... él no lo dudó, besándola con suavidad.
—Sólo quédate conmigo Anna.
—Min, sabes que no puedo en estas fechas.
—Con más razón en estas fechas mi amor, ¿puedes dejar por un momento las obligaciones y tomarte un descanso en mis brazos?
—No lo digas de esa forma, mi familia no es una obligación, es mi prioridad. Y deja de hacerte el romántico, no te queda.
—No te hagas la fría, tampoco te queda.
Guiños, risas agudas y empujones de despedida, algo que no faltaba desde que se conocieron hacía ya varios años.
—En serio debo despertar, tengo mucho por hacer, mian (lo siento).
—¡Espera, kajima (no te vayas)!
Minho despertó de golpe, inmediatamente cerró los ojos procurando quedarse inmóvil percibiendo las sensaciones de su cuerpo. Un pitido en su oído lo hizo sonreír, era señal de que estaba por volver a dormirse, volver a verla, volver a intentar retenerla.
El escenario era el mismo, aunque ahora estaba parado en el puente... pero sin ella; por primera vez no había regresado. Un relámpago iluminó todo y la repentina lluvia empapó su cuerpo; su garganta comenzó a apretarle y sus ojos a humedecerse, la angustia había llegado y con ella nuevamente el despertar.
Esta vez inspiró de una bocanada y suspiro resignado; una lágrima recorrió su mejilla haciéndole cosquillas; la emoción había traspasado a la realidad. No entendía por qué razón echaba de menos a una mujer que no conocía, más que en sus sueños. Salió de la cama enojado consigo mismo, ya que él no solía llorar por nada. Pensó que al menos las personas sufrían por historias de amor verdaderas, ¿cómo podía ser tan patético de padecer por algo imaginario? Ya dudaba de su cordura, por lo cual no podía contarle a nadie sus aventuras oníricas.
Sus gatitos comenzaron a frotarse en su pierna, reclamando dosis de caricias y alimento; entonces la alegría se hizo presente gracias a ellos, creando una sonrisa que terminó de apagar la nostalgia. Lleno tres platos y entró al cuarto de aseo para darse una ducha de la misma duración que su canción favorita, cantando con sus dulces falsettos y sensuales pasos; haya cámaras o no, su cuerpo se movía por sí solo como si estuviera hechizado. Al salir, sus compañeros de cuatro patas volvieron a acercarse a él maullando, luego de unos cuantos intercambios de palabras, besos y ronroneos, se encaminó a preparar su cena.
Cuando los ingredientes se encontraban cuidadosamente acomodados en la mesada para comenzar, la puerta sonó abruptamente y él la abrió exactamente igual, sabiendo quién podría estar del otro lado a punto de verlo con apenas una camisa desprendida y ropa interior.
Un rostro adorable pero algo cabreado lo hizo sonreír aún más.
Era Jisung, su compañero de trabajo... y su alma gemela.
—Jagiya (cariño, entre parejas), llegas justo, voy a preparar Ttuk-Bul .
—Son las seis de la tarde, ¿otra vez durmiendo a estas horas?, ¿o por qué no respondiste mis llamadas? —Jisung dejó sus zapatos a un lado y entró apoyándose en la mesada de la inmaculada cocina, con los brazos cruzados.
ESTÁS LEYENDO
A COLORFUL FAIRYTALE (Stray Kids fanfic)
Fanfiction🌈 AMANDO A TODO COLOR - «Minsung y alguien más» Ella vive una fantástica historia de amor en lo onírico, enamorándose de un artista del Kpop quien está enamorado de otro hombre en la vida real. Sumérgete en sus sueños atravesando límites energ...