A COLORFUL FAIRYTALE (Stray Kids fanfic)

♫ LoveSTAY

A medida que pasaban los meses, lo más parecido en dónde ellos sintieron estar, era la paz. No extrañaron el swing de la Pequeña Habana, porque eso había de sobra cada día en su hogar.

Su historieta ya estaba casi lista y ellos preparados para mostrárselas a sus amigos. Incluso habían compuesto varias canciones que querían grabar con los demás.

—Guapo Hannie, te ves guapo, sexy; no sé cómo traducirlo. Anótalo, me contaron que vas bien en las clases de español.

—Sí, tus profesores son increíbles, deberíamos ir a Busan el próximo fin de semana y visitarlos. Mi amor, tú te ves guapo todos los días, ¡y ahora más!

—Guap"A". En nuestro idioma usamos los dos géneros. Aunque dudo que ahora esté más sexy. No veo nada de eso en mí.

—Youtiful, tueres hermosa así como eres y jamás creí que podrías verte más hermosa, peroahora tu vientre crece cada día más al igual que tu belleza y al igual que micorazón, del que temo que explote cuando des a luz a los mellizos —Jisung se agachó para dirigirse tiernamente a sus bebes—. Hola, hola, acá papá Hannie los quiere ver, pero no se apuren, seguro la están pasando bomba ahí adentro, ¿a que si? Sigan nadando y bailando todo lo que puedan, oh, pero cuando vean que se pone oscuro deben dormir, sino mamá no puede hacerlo, duerman y sueñen como nosotros, así podemos encontrarnos y jugar en esa otra realidad, ¿qué les parece?

—Eres tan lindo. Faltan unos meses todavía, sigue con las meditaciones que te recomendó Chan, así llegas más tranquilo a ese día.

—Yeobo (esposa/esposo). Ya estoy listo, ¡lets go (vamos)!

Minho vociferó mientras bajaba de la habitación; tomó las llaves del auto y los apuró para que salieran; subió del lado del conductor y lo puso en marcha, no sin antes ponerle el cinturón a Anna, como si ella no pudiera; pero así se trataban los tres desde el día en que se conocieron y no había cambiado nada, mucho menos ahora que ella llevaba a sus hijos dentro suyo. Esa tardecita iban a ir a comer con sus amigos como acostumbraban hacer cada semana; era una promesa que cumplían todos, ya que la vida de los ocho chicos había cambiado; si no se exigían un día para encontrarse, temían perderse en las obligaciones.

Cuando estaban a unas cuadras del bar, la luz roja del semáforo los obligó a detenerse; pero un auto impactó fuertemente detrás de ellos.

—¡Kamchakia (qué susto)! ¿Están bien? —preguntó Minho poniendo una mano en la panza de Anna y mirando a Jisung que iba detrás.

—Estoy bien, ¿nuna, los bebés?

—Bien, no fue nada. Vayamos a ver cómo están los del auto de atrás.

Los tres bajaron y se acercaron al taxi que tenía las balizas encendidas, Anna golpeó la ventanilla del asiento de atrás dónde veía a una joven mujer.

—Jogi-io (disculpe), ¿kwenchana-io (se encuentra bien)?

La mujer abrió la puerta bruscamente y dirigiéndose a Anna sacó una pistola, tomándola violentamente del brazo y atrayéndola hacia ella.

Los chicos se abalanzaron pero ésta gatilló dos veces contra la calzada. Ahora el arma estaba apoyada en el vientre de Anna Luz, quien sintió paralizarse ante el calor ardiendo en su piel.

—¡¡¡Quietos o disparo otra vez!!!

Los tres se congelaron; la mujer rápidamente metió a Anna en el copiloto del taxi y apuntándole subió al volante que el conductor había abandonado en cuanto escuchó los tiros. Enloquecida pisó a fondo el pedal. Estaba repleta de miedo y el auto no aceleraba como esperaba; sus manos temblaban tanto que le costaba poner los cambios. Aceleró llegando rápidamente a 100km/h en una avenida casi vacía, por la que avanzaba comiéndose los semáforos.