A COLORFUL FAIRYTALE (Stray Kids fanfic)

♫ 거미줄

Por la mañana Minho los despertó con cuidado, dirigiéndolos al jardín para desayunar con un delicioso picnic y hablar del asunto; ya tenía todo planeado, algo poco peculiar en él, quien normalmente se dejaba fluir.

—Ya he creado un grupo para hablarnos por aquí. Hay doce horas de diferencia, así que deberíamos hacer video-llamadas por la noche y/o por la mañana. Además en unos siete meses podríamos regresar y luego tú podrías viajar para estas fechas, ya que allá hay mucha nieve, te va a encantar. Eso por ahora, luego les iré diciendo cómo seguimos.

—¡Sí, señor! —Anna se burlaba de su intensidad— Y quizás pueda ir antes para allá.

—¿Por eso dormías a horas extrañas? ¿Para coincidir cuando ella dormía?

—¿Tú hacías eso Minho?

—Hmm, me daba cuenta que por las noches era casi imposible soñar contigo, pero cuando lo hacía en otros momentos los sueños eran seguros; ahora sé que era por el horario, pero antes no tenía idea.

—Yo también lo notaba, según la hora eran largos o muy fugaces.

—Jagiya, cuando Anna dice fugaz se refiere a que los sueños duraban horas, en cambio cuando eran largos, hablamos de días. Era como si viviéramos más en la realidad onírica que en ésta.

—Oh, ¿y tenían pesadillas?

—Al principio sí, ya que hacíamos lío creando escenarios, además si estaba de mal humor o triste, creaba una energía de baja vibración que se me pegaba —Anna movió su cuerpo sintiendo escalofríos mientras lo contaba—, entonces trataba de cuidar mis pensamientos y emociones, ducharme antes de acostarme y pedir limpieza y protección.

—Luego le conté la historia del Dios Baku, el protector de los sueños y devorador de pesadillas, así que yo solía invocarlo si sentía mi vibra baja.

—Baby, con tu alegría diaria, nada de eso se podría pegar a ti.

—Hmm, y además tengo a mis gatos durmiendo conmigo, protección me sobra. Muchas veces he entrado a tus sueños y te he salvado de pesadillas.

—Oh, ahora lo entiendo. Eres mi propio Baku, gracias por cuidar de mí hasta en mis sueños. Quisiera hacer lo mismo por ti.

—No te preocupes, lo haces cada día, bonito... — Minho acarició la mejilla de su moreno sonriéndole tiernamente—. Enseguida regreso, voy a buscar lo que vamos a dejarle a Anna.

Ella había quedado en segundo plano por unos instantes, observando emocionada las declaraciones de amor entre ellos, sintiéndose aún más viva, más feliz, más enamorada. Minho usaba cada oportunidad para confesar su amor por Jisung con una voz suave.

—Dime Hannie, ¿qué es lo que te gusta de Min?, quiero saber, ya que me llena de dulzura como lo miras, tus preciosos ojos lo siguen constantemente.

—Oh, es difícil contestar eso, necesitaría horas pero lo intentaré. Es muy reconfortante estar a su lado y me divierte mucho; me descolocan sus salidas con chistes de otro mundo... Físicamente es el hombre más atractivo que vi en mi vida, pero lo que más me gusta es su forma de proteger a los que ama; a veces aparece, me observa y se va sin razón, él no lo admite pero sé que me está cuidando; también cómo se ocupa de los indefensos, como niños, ancianos o animales; y que a pesar de ser consciente de lo dura que es la vida, siempre encuentra el lado bello. Su aspecto da miedo a veces, pero es tierno como un conejo y me gusta hacerle caras de bebé porque se ríe de esas simplezas. Es extremadamente amable, soy la sequía y él es la lluvia...

Minho interrumpió el monólogo poético que Anna disfrutaba, al llegar con dos peluches: un conejo y un quokka.

—Ohh que tiernos, gracias por los regalos. Perdónenme por no ir al aeropuerto, supongo que llegó el momento de despedirnos.