A COLORFUL FAIRYTALE (Stray Kids fanfic)

♫ Get Cool

Los años fueron mucho mejores al haber llevado el plan del calendario al pie de la letra, y más lo agradecían cuando los mellizos comenzaron a caminar y trepar por todos lados, peor que sus amigos de cuatro patas. Aunque lo que no podían evitar era que su hogar cada vez tenga más convivientes y quehaceres, ya que Minho en esos años había adoptado a dos gatos más que necesitaban asistencia.

—Lee Minho, tenemos una hora de viaje, ni se te ocurra mirar por la calle a ninguna criaturita necesitada; si haces pasar uno más por esta puerta, los agarraré a todos juntos y los llevaré al medio de la montaña para que vivan en comunidad, libres y felices. Ya casi no entramos más en esta casa y eso que es enorme.

—Pero el conejo lo trajiste tú, y el perro Jisung.

—Un solo animal; tú trajiste once gatos en tránsito.

—Pero le busqué un buen hogar a cada uno...

—Baby, ¡that 's enough (es suficiente)! Nuna tiene razón, entre animales y humanos somos doce bajo este techo.

—Bien, voy a ignorarlos.

Esa noche se preparaban para asistir a una cena en una de las casas de huérfanos dónde Minho por más de una década hacía donaciones y colaboraba con lo que fuera necesario. Anna no confiaba en esas instituciones ni nada que tenga carácter de "organización no lucrativa", dudaba que en realidad tuvieran trasfondos sucios, pero quería apoyar a su chico y era la primera vez que él aceptaba ir a una cena de agradecimiento.

La ceremonia fue conmovedora, un pastor contó historias que hicieron sentir mal a Anna por haber desconfiado de ellos; que piensen diferente con respecto a lo religioso, o que algunos hayan hecho y sigan haciendo cosas monstruosas, no significaba que fueran todos iguales, y ese hombre era el responsable de hacer cosas maravillosas, era disidente en su forma de pensar y actuar; eso le caía muy bien.

Pero la cosa se puso dura, en cuanto leyeron cartas de madres que no tuvieron otra opción que abandonar a sus bebés ahí; ellos les estaban agradeciendo por haberles dado la vida y haberlos llevado a un lugar seguro; no las estaban juzgando y les decían que siempre podrían regresar.

Anna tuvo que salir al exterior a tomar aire fresco, se apoyó en su auto y prendió un cigarrillo de hierbas naturales; algo que hacía para relajarse y a lo que tuvo que recurrir en ese momento al no haber llevado sus gotas de rescate; eran historias demasiado tristes, las cuales la hicieron comprender la razón por la cual Minho usaba su preciado tiempo para ayudar en lugares así desde que iba a la escuela secundaria. A su cabeza llegó el recuerdo del año anterior, cuando su padre, el señor Lee, los visitó para pedirles que hagan una prueba de ADN a los bebés, ya que había uno de ellos que se parecía mucho a su hijo; había posibilidad de que haya habido súper-fecundación, y si era así, quería que ese bebé lleve su apellido. Claro que ninguno aceptó, entonces siguió insistiendo en que los dos bebés lo llevaran, por temor a que se pierda su descendencia.

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«—Tú elegiste tener solamente un hijo, ¿y yo tengo que pagar las consecuencias? Lo siento papá, te defraudaré una vez más, pero nuestros hijos tendrán el apellido de su madre, porque es ella quién los llevó dentro y quién dio a luz.

—Pero ella ya tiene tres hijos con su apellido.

—Y está en todo su derecho, es lo justo. ¿No te has dado cuenta de la cantidad de coreanos que sufren discriminación por el peso de la descendencia? También por su elección de pareja, o por ser madres y padres solteros. ¿Tienes idea de la cantidad de bebés que son abandonados porque no hay apoyo familiar y en cambio sólo reciben estigma social?