♫ Levanter

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El día de la competencia se acercaba, el frío y la nieve habían desaparecido pero la lluvia no hacía más que estancarse en la garganta de Jisung, intuyendo el dolor que no caería con el invierno, su helado presente se prolongaría, estaba seguro.

Minho llegó directo a sus brazos sin lograr contener sus lágrimas; los dos se echaron de menos a pesar de la gran confusión. Sus amigos estaban felices de volver a verlo, pero la mirada del líder lo destrozó, sintiendo que lo había desilusionado. Cocinaron para él, le mostraron sus avances musicales y vieron salir la luna, como también la vieron irse, pues no querían perderse un minuto de su regreso. La mayor felicidad de Minho fue escuchar la voz de su chico que había regresado de un momento para el otro. Todavía se sentía muy culpable de no haber estado con él para calmarlo como siempre acostumbraba a hacer. Sin embargo eso le hizo ver que por mucho tiempo había entregado todo a su menor; olvidándose un poco de sí mismo. ¿Era momento de recordarse y buscar la luz más allá de la intensa pasión por sus dos amores?

El sol en lo alto marcaba el mediodía y ellos recién estaban intentando sacar sus cuerpos de la cama. Chan tocó el brazo de Minho que estaba bien agarrado a Jisung; cuándo este despegó un ojo su mayor le hizo seña para que se levante silenciosamente. Al salir del cuarto de baño, un aroma particular lo hizo ir directo a la cocina, ahí lo esperaba su amigo con un cuenco caliente de kimchi jjigae recién preparado, ideal para esos frescos primeros días primaverales. Esa sensación lo reconfortó, le gustaban los olores que daban una impresión duradera.

—Kjjj, ¿tú lo hiciste? —preguntó deslumbrado por lo sabroso.

—Sí, me siento halagado de que a ti te guste.

—¡¡Hmmmmm!! Me recuerda a la comida casera del restaurante dónde íbamos antes del debut. Ni a mí me sale así de rico.

—Minho, no quise molestarte en tu viaje pero ahora que has regresado tenemos que conversar sobre lo que hiciste. Eres consciente de tu error ¿verdad?

—Te he defraudado hyung, lo siento; tú no mereces ni un miligramo de esto.

—Sabes muy bien que ustedes son mis niños y que me han salvado; por eso puedo dejar pasar esto, así que puedes contarme qué sucede.

Pero en su interior había un abismo, un sin fin de pensamientos opuestos; necesitaba una pausa, un capítulo en blanco. ¿Tan malo era tomarse un descanso, alejarse para pensar y sentir con claridad? Se preguntaba por qué las personas esperan que sucedan cosas a toda hora, o hacen cosas importantes en todo momento. ¿Qué tan malo podría ser desconectarse por un tiempo de ese todo?

Todavía sigo perdido, no puedo asegurarte nada; me conoces, jamás te prometería algo que no pueda cumplir. Lo que hice estuvo muy mal y quizás lo siga haciendo, pero me esforzaré por evitarlo.

Si te caes sacúdete y camina otra vez, porque sabes que tienes muchas manos para agarrarte.

—Lo sé. Pero necesito más tiempo.

Chan abrazó a su amigo para animarlo. Cada uno de ellos había pasado por diferentes obstáculos; todos necesitaron tiempo, resguardo y apoyo; algunos todavía caminaban con sus pesadas cargas en la espalda, más no tenían otra alternativa que sostenerse entre todos siendo el mismísimo viento que los levante. Durante esos días Minho y Jisung no hablaron sobre su relación ni nada importante, algo normal en ellos, pero quizás no para ese momento en particular. La competencia llegó con días de esfuerzo, lágrimas y festejos, convirtiéndose en un éxito; sin embargo esa noche Jisung sintió que volvería a desmoronarse; seguramente su chico volvería a despedirse de él, y esa incertidumbre debía terminar antes de que sus dientes se rompan de tanto rechinar. Luego de comer y brindar en la sala de práctica con los del staff, Jisung tiró de la manga de su chico para llamar su atención haciéndole seña con su cabeza para que lo siga. Se encerraron en la sala de chat donde sabía que nadie los molestaría.

A COLORFUL FAIRYTALE (Stray Kids fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora