CAPÍTULO DOS

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Sus ojos estaban puestos en la ventana del auto, sin prestar mucha atención a su alrededor

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Sus ojos estaban puestos en la ventana del auto, sin prestar mucha atención a su alrededor. El ambiente era silencioso, solo se escuchaba de fondo la música que sonaba a través de la radio. Ni siquiera Shiro, quien generalmente mantenía una conversación durante los trayectos a la escuela, decía alguna palabra.

El mayor estacionó el auto en la entrada de la escuela. Dándole una cálida mirada a Keith antes de hablar.

—Espero que no te avergüence que aún te venga a dejar a la escuela. — hubo un pequeño silencio. —Ten un buen día, paso por ti cuando salgas y trata de...

—No meterte en problemas. — completó por él.

Shiro rio suavemente y puso su mano sobre la cabeza del menor, revolviendo su cabello. En ese momento Keith se sintió como un niño otra vez. Dio una sonrisa sincera antes de bajar del auto y dirigirse a la entrada. Otra semana con la misma rutina de siempre, llagar a su casillero, sacar sus libros e ir a clases.

El pensamiento de saltarse las clases estaba presente, pero, otra vez, no era una opción viable. No debía meterse en problemas.

Cerró su casillero y se dirigió a la primera clase del día, queriendo que este acabara de una vez por todas.

°°°

Último bloque del día, la clase electiva, Literatura. Entró al salón y sé, sorpresivamente, se encontró con un cabello castaño que reconoció muy bien. Keith rápidamente se dirigió hasta el fondo del salón, sentándose justo al lado de la ventana. Aun así, de vez en cuando sus ojos se dirigían a Lance, el cual estaba rodeado de algunas personas, eso no le sorprendió, después de todo, el moreno siempre había sido un chico bastante popular y sociable, casi siempre rodeado de personas.

Sin darse cuanta se encontró buscando la mirada de Lance, solo un contacto entre sus ojos. Sus mejillas se tornaron de un ligero color rosado al darse cuanta de lo que estaba haciendo.

"Que estúpido, que estúpido, que estúpido."

¿Buscar la mirada de Lance? ¿Qué mierda era eso? Sus ojos se dirigieron a la ventana, viendo a través de esta. Desviando sus pensamientos de lo que acababa de pasar.

De todas formas, Lance ni siquiera le dedicó una mirada.

El profesor de literatura llegó unos minutos después, comenzando de inmediato la clase. Y ¡oh sorpresa!, empezarían con el primer trabajo del año. ¿Quién comenzaba un trabajo en la segunda semana de clases?

—Como es el primer trabajo será algo corto y tendrán que hacerlo en pareja. Quiero que todos salgan de su zona de confort, así que deberán escribir un cuento...

Y Keith simplemente dejó de escuchar; un trabajo en pareja, maldición, como si conociera a alguien con quien hacerlo. Si conocía a alguien, pero no quería, el trabajo acabaría siendo un total desastre si lo hacía con esa persona.

Se levantó de su asiento y caminó a paso apresurado hasta la mesa del profesor.

—No, Keith, no puedes hacer el trabajo tú solo. — respondió inmediatamente.

—Pero el trabajo no necesita de dos personas. — apoyó ambas manos en la mesa. —Fácilmente, lo puedo hacer yo solo.

—Keith, no hay excepciones. El trabajo es en parejas. Así que ve y busca a alguien con quien hacerlo. No quiero problemas.

Problemas.

Se alejó de la mesa, volviendo a su puesto. No tenía que causar problemas, se recordó a sí mismo. Se fijó en cada persona del salón contándolos a cada uno, maldición, daba número par. No tenía escapatoria de esto.

Su vista se dirigió al castaño —que últimamente robaba todos sus pensamientos— este estaba de espaldas y, curiosamente, no se encontraba rodeado de alguna persona. Keith dio un suspiro pasando las manos por su rostro antes de levantarse y caminar hacia él.

Lance jamás esperó ver a Keith sentado a su lado, preguntándole si le parecía bien hacer el trabajo con él. Terminó siendo una sorpresa para ambos.

Keith casi murió de la vergüenza al momento en el que se sentó junto a Lance, este lo miró dudoso.

—¿Aún no tienes pareja?

—¿Para el trabajo?

—Obvio que para el trabajo, idiota. — puso los ojos en blanco. —¿Para qué más?

—¿Acaso el increíble Keith no tiene a alguien más con quien hacerlo que viene aquí a pedirme ser su pareja?

—¿Quieres o no? — el pelinegro apretó el puente de su nariz; la paciencia a Keith era algo que se le agotaba con facilidad.

—Está bien, está bien. Hagamos el trabajo los dos juntos.

Ambos se quedaron en silencio, con las voces de sus compañeros de fondo, Keith miró unos segundos a Lance, quien tenía la espalda completamente apoyada en el respaldo de la silla y su vista estaba puesta en el lápiz rojo que movía entre sus dedos.

Por un segundo deseó que esos ojos azules lo miraran a él.

Sintió como sus mejillas se calentaban por la vergüenza ante ese pensamiento y apartó su vista, dirigiéndola hacia el frente donde el profesor comenzaba a hablar sobre el trabajo. Debían realizar un pequeño cuento inspirado en el tema que les tocara.

—Muy bien, uno de los integrantes venga para darle uno de los temas. La siguiente clase comenzaremos a esparcir las ideas y si es posible a escribir. El proceso durará unas cuatro clases, así que aprovechen el tiempo que tienen

En ese preciso momento en el que Keith se preguntó a sí mismo por qué demonios había escogido esa asignatura.

Fue él quien se levantó para escoger el tema, trató de convencerse de que no podía ser tan malo, pero resultó que sí.

Amor a primera vista.

¿Cómo podía hacer en ese preciso momento para desaparecer por completo de la faz de la tierra? Se volvió hacia el profesor para decir algo, pero este lo cortó inmediatamente.

—No, Keith, no puedes cambiar el tema.

Suspiró perdiendo todas sus esperanzas y se dio la vuelta para caminar hacia el castaño. Sus ojos se encontraron y algo en el interior de Keith se revolvió. Escribir un cuento con temática romántica junto a Lance. Negó con la cabeza, perdido completamente en esos pensamientos. De seguro, esto sería un desastre total.

—Toma. — dejó el pequeño papel sobre la mesa y se sentó en el puesto del lado, sin mirar el rostro de Lance.

El castaño miró el papel y quedó totalmente desconcertado. Pasó la mano por la parte trasera de su cuello y dejó el papel sobre la mesa, ambos se quedaron en un completo silencio. Este iba a ser un trabajo muy largo.

°°°

@sweetnicte

𝘿𝙞𝙨𝙖𝙨𝙩𝙚𝙧 |𝖪𝗅𝖺𝗇𝖼𝖾|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora