ESPECIAL DE NAVIDAD

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Las luces decoraban la ciudad por completo, Lance estaba encantado, los ojos se le iluminaban al ver las decoraciones

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Las luces decoraban la ciudad por completo, Lance estaba encantado, los ojos se le iluminaban al ver las decoraciones. Le encantaba ver los colores de las luces, le encantaba ver las decoraciones en las casas, incluso las canciones navideñas. Todo. Para Lance era una época increíble.

El entusiasmo en su rostro era evidente para cada persona que estuviera a su alrededor.

Para Keith no tanto. Mucha cercanía entre las personas, las familias y los amigos. No era que el pelinegro no disfrutara de la compañía de sus seres queridos, pero él era más como un alma solitaria; pasando las tardes navideñas en sí habitación sin mucho que hacer.

Pero este año era diferente.

La nieve blanca caía en las calles y Keith cubría sus manos con guantes y su cabeza con un gorro rojo; la navidad venía acompañada del frío invierno. No sería tan molesto para el pelinegro si no tuviera que salir de su casa, pero tenía que hacerlo, no había de otra.

Lance, Pidge y Hunk lo esperaban fuera de su casa. Los vio por la ventana del comedor, soltó un suspiro y dio una mirada rápida por el salón; Shiro no estaba en casa, así que Keith solo se dedicó a salir por la puerta, dejando la casa en un solitario silencio.

-Sonríe un poco, es navidad. - Keith lo hizo, una sonrisa sincera, pero solo porque era Lance quien se lo pedía. -Así luces mejor.

-Eres un imbécil.

El "eres un imbécil" de Keith solo hacía sonreír a Lance por dentro.

-Ay, no empiecen, por favor. - la súplica apresurada de Hunk detuvo una larga discusión sin sentido de la pareja; ambos simplemente gustaron silencio.

-Vamos. - habla Pidge. -No queremos llegar a la feria cuando esta ya haya acabado, ¿cierto?

Planes para una feria navideña. Sí. Quien lo diría, esos eran los planes de Keith -señorito emo con cara de odiar todo- para estos días previos a la noche de navidad.

Pero debía hacerlo, fue él, incluso, quien propuso la idea, no directamente, claro que no, pero se lo sugirió a Pidge.

Keith tenía un propósito para esta salida. Tenía que encontrar un regalo para Lance. Y no cualquier regalo. No. Tenía que ser el regalo perfecto. Keith quería que fuera el regalo perfecto.

¿Qué se le regala a un chico que lo tiene ya casi todo?

No tenía ni la menor idea, eso lo estaba matando por dentro. Para su suerte estaban Hunk y Pidge para ayudar.

Y de verdad deseaba que le fueran de ayuda, porque quería impresionar a Lance, jamás lo iba a admitir -jamás se lo diría a si novio, ni a nadie en voz alta-, pero tenía muchas ganas de impresionar a Lance esta navidad. Darle algo especial, esas cosas cursis de pareja.

Keith se sonrojaba de solo pensarlo.

-Tal vez deberías ponerte una bufanda la próxima vez que salgamos. Tus mejillas y tu nariz están rojas del frío.

𝘿𝙞𝙨𝙖𝙨𝙩𝙚𝙧 |𝖪𝗅𝖺𝗇𝖼𝖾|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora