CAPÍTULO NUEVE

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Keith quería desaparecer, Keith quería que la tierra lo tragara en ese mismo momento

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Keith quería desaparecer, Keith quería que la tierra lo tragara en ese mismo momento. Este era el instante en el que se arrepentía de todas sus acciones pasadas. La última semana no había sido la mejor; no después del beso con Lance. Lance era otra razón para que su vida fuera un desastre. Desde ese momento Keith simplemente entró en pánico. Después del beso lo único que pudo hacer fue huir y evitarlo toda la semana siguiente, lo que significó saltarse clases —todas las aue compartía con Lance— y faltar algunos días a la escuela, de ahí a que ahora estuviera en la oficina de director Alfor. Sin mencionar la pelea, con golpes incluidos, de hace unos instantes.

Shiro y el director hablaban y hablaban, pero Keith no estaba escuchando, tampoco los estaba mirando. Tenía la mirada en sus pies, tratando de ignorar todo a su alrededor.

Se sentía muy estúpido. Totalmente estúpido. Su mente era un total desastre. Hasta podía enumerar cada uno de sus desastres. Primero qhe todo fijarse en Lance, besar a Lance en la fiesta y lo peor de todo es que cuando al fin Lance se fijó en él, Keith simplemente huyó. Huyó como un idiota, y se supone que el idiota es Lance. Además está semana con el fin de ignorar al moreno se había metido em problemas. Más y más desastres.

—Joven Kogane. — la voz del director Alfor le hizo levantar el rostro. —Por el momento puede volver a clases. Aunque sería mejor si te pasas por la enfermería para que te revisen esos golpes.

Los golpes. Con todo el ajetreo desde que había llegado Shiro a la escuela, ni siquiera se había percatado de la ligera punzada de dolor en su rostro. Keith se levantó del asiento y le dio una mirada a Shiro, quería decir algo, pero las palabras tan solo no salían de su boca, asi que se mantuvo em silencio.

—Ve, Keith. — habló Shiro y lo miró con una somrisa tranquilizadora. A veces era demasiado bueno. —En casa hablaremos mejor. ¿Está bien?

Él pelinegro solo asintió y caminó hasta la puerta de la oficina para salir de ella. La sorpresa se la llevó una ves que estuvo afuera. Lance lo estaba esperando. Algo en su pecho se contrajo y una rara sensación apareció en su estómago; como mariposas aleteando en su interior. Después de todos estos días evitándolo, él simplemente estaba ahí.

—Se supone que deberías estar en clases.

—Pidge y Hunk me dijeron que estabas aquí. — comenzó a hablar. —Dijeron que te metiste en una pelea. Y puedo ver que sí.

El moreno apuntó el rostro de Keith, el cual tenia varios golpes. Un poco de sangre adornaba la comisura de su labio.

—¿Te duele? — preguntó Lance. —El labio. Lo tienes roto.

—Ya lo sé.

—¿Te acompaño a la enfermería?

Keith dudó por un momento. Pero el realidad el remordimiento de haber huido después del beso le pesaba en la conciencia. Así que no se pudo negar; era la primera vez que lo veía después del beso, realmente no se podía negar, después de todo se trataba de Lance. Dio un leve asentimiento y comenzó a caminar, Lance lo siguió de inmediato, caminando junto a él en silencio. Los pasillos de la escuela estaban vacíos; todo el mundo estaba en clases, ellos eran los únicos que paseaban por ahí. Una vez que ambos estaban frente a la enfermería Keith golpeó la puerta, pero nadie abrió. Unos segundos después repitió la acción, sin obtener respuesta. Al parecer la enfermería estaba vacía, Keith maldijo en su interior, que tan mala suerte podía llegar a tener el día de hoy.

𝘿𝙞𝙨𝙖𝙨𝙩𝙚𝙧 |𝖪𝗅𝖺𝗇𝖼𝖾|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora