CAPÍTULO OCHO

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Lance estaba en su habitación acostado en su cama con la cabeza colgando al borde de esta

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Lance estaba en su habitación acostado en su cama con la cabeza colgando al borde de esta. Era viernes por la tarde y Hunk lo acopañaba sentado en el piso; ambos con la mirada puesta el el televisor.

—¿En serio no puedes acompañarme mañana a los videojuegos?

Lance tenía dos pases ilimitados, qie le había regalado una de sus hermanas, para ir a los videojuegos el siguiente día, además habían abierto un LáserGame. Pero él solo era uno, porque Hunk no podía ir. Y sí, tenía muchos conocidos, se podía decir que era bastante popular, pero no gastaría esos pases con cualquier persona.

—Vamos, Hunk. Acompáñame mañana.

—Ya te dije que no puedo, Lance. — replicó. —Deberías invitar a alguien más.

—¿A quién? ya le pregunté a Pidge y no puede.

—¿Y si vas con Keith? — sugirió.

—¿A Keith? — el estómago de Lance se revolvió al pensar en él. —No sé, no creo que acepte. No somos muy amigos.

—Últimamente sí.

Eso era parcialmente verdad. Keith y Lance ya no discutían tanto. No habían bromas, se encontraban de vez en cuando en los pasillos, incluso en detención. Sobre todo en detención. Estos últimos días Keith era algo recurrente en la mente de Lance. Eso era extraño; lo hacía sentir extraño y volvía toda su cabeza un desastre.

Lance solo bufó, frotando su rostro e ignorando la sugerencia de Hunk. Como si invitar a Keith fuera tan fácil. Tal vez podría hacerlo, incluso le gustaría hacerlo. Pero no estaba seguro. Keith era un terreno desconocido para Lance. No tenía idea si salir con el fuera una buena idea, o si todo terminaría en un completo desastre.

Salir con Keith. Ahora eso estaría dando vueltas en su cabeza. Tendría que pensarlo.

—Ya me tengo que ir. — habló Hunk. —Nos vemos luego.

—Claro. Hasta luego.

Los pensamientos de Lance se quedaron vagando, sin darle importancia a nada. A nada mas que a Keith y a la posibilidad de invitarlo a salir. ¿Sería como una cita? No. Definitivamente no sería como una cita. Aunque en el fondo, muy muy en el fondo, a Lance le gustaba la idea de tener una cita con Keith.

°°°

Este era el momento en el que Lance se arrepentía de todas sus decisiones. ¿En que momento había decidido que invitar a Keith era una buena idea? definitivamente había sido una idea terrible. Ahora estaba frente a su casa, dando vueltas como idiota sin atreverse a tocar el timbre. Tal vez era mejor volver a casa. Sí, esa era la mejor decisión.

—¿Vas a tocar el timbre o te vas a quedar ahí como un idiota? — la voz de Keith lo hizo voltearse. Teniendo ahora al pelinegro frente a él. —¿Y que se supone que haces aquí?

𝘿𝙞𝙨𝙖𝙨𝙩𝙚𝙧 |𝖪𝗅𝖺𝗇𝖼𝖾|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora