CAPÍTULO DIEZ

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—¿Entonces estás saliendo con Keith? — preguntó Hunk a Lance, quien estaba quien estaba concentrado en el videojuego frente a él

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—¿Entonces estás saliendo con Keith? — preguntó Hunk a Lance, quien estaba quien estaba concentrado en el videojuego frente a él.

—Ah, sí, sí. Somos novios. — dijo mirando la pantalla del televisor.

—¿En serio?

—Sí. — respondió orgulloso. —Somos novios ¿lo puedes creer?

—¿Tú se lo pediste?

—No

—¿No? ¿Entonces él te lo pidió a ti?

—Eh, bueno... no realmente.

—¿No?

—No. — repitió.

—¿Entonces no están de novios? — preguntó.

—Creo que no lo hemos hablado claramente. — Lance rascó su nuca. —Bueno, estamos saliendo, somos novios, da igual.

Estaban juntos, eso era lo único que le importaba a Lance.

°°°

—Entonces, al fin Lance y tú son novios. — Keith negó.

—No somos novios.

—¿Pero no se supone que están saliendo?

—Estamos saliendo pero aún no somos novios.

—¿Y cuando se lo vas a pedir?

Esa era una pregunta que Keith se comenzaba a hacer constantemente desde que se besaron en los pasillos de la escuela. Estaban saliendo, o algo así. Se gustaban y se llevaban bien. Se querían, pero todo era bastante nuevo. Así que aún no eran novios. Keith no tenía idea de como pedírselo a Lance, ni siquiera sabía si él iba a aceptar. Eso lo austaba.

—¿Keith?

—Eh... — se encogió de hombros. —Aún no lo sé.

—Tal vez deberías invitarlo a salir y ahí pedírselo.

—No puedo. —negó con la cabeza. —Sigo castigado.

A Keith lo habían castigado sim salir hasta la entrega de notas. En realidad había sido un acuerdo al que habían llegado con Shiro. Keith no tenía permitido salir hasta la entrega de notas, así estarían seguros de que el pelinegro había estado presentando atención a las clases. Por el momento todo estaba yendo bien, Keith estaba siendo relativamente un buen chico. A excepción de las pequeñas escapadas de clases junto a Lance, no eran muchas, pero si algunas, aunque no importantes. Últimamente no le podía decir que no a un tiempo con Lance.

De todas formas si había pensado en pedirle a Lance que fuera su novio. Pero los nervios le ganaban y cada vez que sus labios se tocaban o cada vez que comenzaban a hablar de cualquier cosa  simplemente perdía la noción del tiempo. Se perdía en Lance y en todo lo que tenía que ver con él.

𝘿𝙞𝙨𝙖𝙨𝙩𝙚𝙧 |𝖪𝗅𝖺𝗇𝖼𝖾|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora