CAPÍTULO CUARTO

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—Solo quedan dos semanas para Halloween, los preparativos de la fiesta están casi listos

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—Solo quedan dos semanas para Halloween, los preparativos de la fiesta están casi listos. Asumo que ustedes van sí o sí.

—Sí, sí. — respondió Hunk. 

—¿No crees que es muy pronto aún? - preguntó Pidge.

—Si lo hago a última hora, ninguno de ustedes conseguirá disfraz.

—En eso tiene razón. — concordó Hunk

Lance, desde que tenía memoria, amaba Halloween, amaba los dulces y amaba los disfraces, por lo que hacer una fiesta en Halloween era simplemente la mejor idea.

Sus ojos azules se toparon con un cabello negro y una chaqueta roja. Keith estaba en su casillero, a unos cuantos metros dándoles la espalda.

—Si invito a Keith ¿Creen que vendría?

La pregunta sorprendió a ambos amigos, es decir, todos habían convivido muchos años, pero Lance jamás había sido tan cercano como para invitar a Keith a una de sus fiestas, al menos no directamente.

—Yo creo que deberías intentarlo. — habló Hunk.

Él timbre anunciando la entrada a clases, sonó inmediatamente, Hunk se despidió rápidamente con el argumento de que tenía un examen importante a la primera hora. Pidge y Lance se quedaron un rato más. El castaño se quedó observando al de chaqueta roja sin disimular mucho, lo que la más pequeña notó.

—Deberías invitarlo, al menos intentar. — sugirió. 

—¿Tú crees? Tú lo conoces más ¿Piensas que iría?

—No pierdes nada al preguntarle. — alzó sus hombros. —Te dejo, debo ir a clases.

Él asintió; también tenía que ir a clases, pero su vista todavía estaba puesta en Keith, quien ahora observaba su celular. Tal vez ahora era el momento perfecto para invitarlo a la fiesta. No lo pensó mucho y simplemente caminó hacia el pelinegro.

—Hey, mullet.

Apoyó su hombro en los casilleros, mirando fijamente al de chaqueta roja. Keith lo miró dudosamente sin entender por qué estaba ahí, no supo qué decir, así que prefirió quedarse callado y esperar a que Lance dijera algo.

—Así qué... — comenzó el castaño mientras rascaba su nuca. —Voy a hacer una fiesta en Halloween, de disfraces, por si quieres ir.

El corazón de Keith se detuvo por un microsegundo. Miró el rostro del castaño disimuladamente; Lance jamás lo había invitado —personalmente— a una de sus fiestas, y una parte de él se emocionó por completo; aunque en realidad no estaba muy seguro de querer ir.

Usualmente, sus Halloween eran comer dulces con Shiro mientras veían películas de terror.

—No lo sé. — desordenó su cabello. —No siquiera tengo disfraz

𝘿𝙞𝙨𝙖𝙨𝙩𝙚𝙧 |𝖪𝗅𝖺𝗇𝖼𝖾|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora