Kim Sujin una chica de 25 años con mala suerte en el amor, decide instalar lo que ella cree que es una app de citas llamada Sistema de Seducción.
Un día una falla en el sistema la hace entrar a la aplicación y deberá conquistar el corazón de 7 chic...
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De camino a casa, pasamos por un parque, el ambiente era tranquilizante y relajador por lo que decidí sentarme en un banco por un par de minutos.
—Tannie, ¿por qué no sales del bolso por un momento?
—¿Crees que será buena idea? —asomó su pequeña cabeza peluda e inspeccionó en entorno.
—Por supuesto, no creo que nadie te note.
—Bueno —salió muy inseguro y poco a poco se relajó.
Miró en todas direcciones, sus ojos se abrieron a más no poder y sin esperarlo salio volando en dirección de unos arbustos.
—¡Tannie! —me levanté inmediatamente y fui tras de él.
Me metí en los arbustos para buscarlo y cuando por fin pude verlo, me di cuenta que se encontraba haciéndole mimos a un lindo perrito pomerania negro con sus patas y parte de su rostro café.
—Su, ¿podemos llevarlo a casa? Es muy tierno —los ojos de Tannie brillaban.
—Tannie, tener un perro es una gran responsabilidad —mi vista se centró en el can que con sus ojos negros me imploraba ayudarlo.
Me sentí muy mal de dejarlo ahí por lo que busqué en su cuello para revisar si tenía alguna placa que lo identificará y a falta de ella decidí cargarlo para llevarlo a casa pero justo en el instante en que lo tomé con ambas manos soltó un chillido de dolor.
—¿Qué pasa amigo? ¿Te duele algo? —revisé su cuerpo y noté que cuidaba mucho su pata trasera izquierda.
—Su, tenemos que ayudarlo —mi pequeño guía parecía querer llorar.
—Y lo vamos a hacer, no podemos dejarlo así —saqué el teléfono de mi bolsa y sin dudar marqué el número de Hoseok que Tannie anteriormente me había dado.
—¿Hola? —respondió rápidamente.
—Hola Hoseok, soy Sujin.
—Ah Sujin, ¿Qué tal todo? Justo estaba pensando en ti —soltó una risa.
—¿De verdad?
—Sí, Wosik quiere disculparse personalmente por lo que hizo y agradecerte por ayudarme a llevarlo a casa.
—No tiene que hacerlo, para mí fue un gusto poder ayudar y por cierto hablando de ayudar, me contaste que eres voluntario en un refugio de animales, ¿verdad?
—Sí, de hecho estaba por alimentar a los gatos.
—Entonces, ¿crees que puedan ayudar a un perrito? Lo que sucede es que acabo de encontrar un pequeño pomerania y parece estar lastimado de una pata.
—Claro, dime dónde está e iré inmediatamente para allá.
