Kim Sujin una chica de 25 años con mala suerte en el amor, decide instalar lo que ella cree que es una app de citas llamada Sistema de Seducción.
Un día una falla en el sistema la hace entrar a la aplicación y deberá conquistar el corazón de 7 chic...
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Desperté con un ligero dolor de cabeza, me había quedado dormida llorando en silencio así que me dirigí directamente al baño para refrescarme y sacar una aspirina del botiquín de emergencias.
Regresé a la habitación para verificar la hora y luego de hacerlo me percaté de unos mensajes de un número desconocido.
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Justo en el momento en el que leí sobre lo de saber mi dirección me asusté, temía que aquel hombre que había entrado en mi casa para causarme daño estuviese acosándome, y claro, no tendría motivos para dejarme en paz, después de todo no logró su objetivo y además lo reporté a la policía, era obvio que no se rendiría.
Dejé de lado el chat y me dispuse acambiarme rápidamente, tenía clase de piano y luego llamaría a Jungkook para contarle lo sucedido con ese hombre.
Desayuné algo ligero y al estar lista tomé mis cosas, Tannie había estado muy pensativo en toda la mañana pero sin dudar se metió en el bolso cuando estuvimos a punto de salir.
Cerré la puerta con llave no quería llegar y ser recibida por alguien. Avancé hasta la parada del autobús para tomar la ruta que me llevaría hasta la galería, no me apetecía caminar. El transcurso fue agradable y muy tranquilo, había pocas personas al rededor y parecía que sería un día relajante.
Cuando llegué a clase pagué directamente por el servicio y me dispuse a esperar al apuesto profesor en el salón de ensayos. Cuando Yoongi llegó, saludó a todos por igual, comenzó explicándonos un poco de las bases de la música en general, a pesar de que la razón principal por la que me encontraba ahí era para ganar su corazón también me interesaba aprender por lo tanto decidí ir tomando nota de lo que me parecía importante.
Nos habló de las notas musicales y nos dio consejos para leerlas fácilmente. Él era un profesor muy paciente y dedicado a la enseñanza, cualquier cosa que algún compañero preguntara, él la contestaba de la forma más sencilla posible para hacernos entender.
Tal y como en la clase pasada nos pasó uno por uno a tocar en el piano. Era la segunda clase y se podía ver el gran avance que habían tenido todos, a mí me costaba un poco pero no importaba. Cuando la clase terminó, nos detuvo un segundo para pasarnos su número de teléfono y pedir que lo usáramos exclusivamente por si teníamos alguna duda con respecto a la clase, nada más. Por supuesto, todos mis compañeros harían caso a su petición de hablarle solo para eso mientras que yo aprovecharía para acercarme a él.
