Kim Sujin una chica de 25 años con mala suerte en el amor, decide instalar lo que ella cree que es una app de citas llamada Sistema de Seducción.
Un día una falla en el sistema la hace entrar a la aplicación y deberá conquistar el corazón de 7 chic...
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Luego de mi gran aventura dentro del Sistema de Seducción, mi vida había vuelto a ser igual de aburrida y rutinaria que siempre. Pasaron los meses y yo hacía exactamente las mismas cosas todos los días.
Despertar muy temprano para arreglarme, ir a aquella nueva cafetería que habían abierto tiempo atrás para comprar exactamente el mismo café e irme a trabajar.
Amaba el café de ese lugar y los postres eran exquisitos, me hacían recordar a Jimin y su panadería, el sabor era idéntico y eso era algo que me fascinaba.
Extrañaba con todo mi ser a ese chico coqueto, dejar a mi corazón elegirlo fue la mejor decisión que pude haber tomado pero también fue una que me destrozó el corazón. Me enamoré de él sabiendo que quizá nunca lo volvería a ver pues éramos de mundos diferentes y aún así le entregué todo mi ser.
Lo recordaba cada día sin excepción alguna y justo esa mañana, el recuerdo de Jimin habitaba en mi cabeza y hubiera seguido ahí de no ser por mi teléfono sonando y sacándome de mis bellos recuerdos.
—Hola Chae —la saludé al contestar el teléfono.
—Suuuuu... —parecía estar llorando.
—¿Qué pasa? ¿Qué tienes? —me preocupé.
—Hyun Su y yo discutimos.
—Tranquila, es normal en todas las parejas.
—Pero me dijo que se iría de casa, ¿qué voy a hacer si me deja? —Escuché sus lloriqueos intensos.
Hacía algunos meses que Chaeryeong y su novio Hyun Su se habían casado y desde entonces discutían en varias ocasiones pero siempre sabían arreglarlo y volvían a estar tan acaramelados como si aun estuvieran en su luna de miel.
—Su... ¿Estás ocupada? Necesito desahogarme ahora —sorbió sus mocos. —Te veo en el café en treinta minutos. —Y sin más colgó la llamada.
Era mi mejor amiga así que tenía que apoyarla en esas situaciones, además era la hora de mi almuerzo y tenía mucha hambre, aprovecharía para comprar algo de comer.
Al llegar a la cafetería, Chae ya se encontraba ahí, estaba sentada en una mesa con su cara hundida entre sus brazos cruzados. Me acerqué a ella y di un par de palmadas en su hombro. Estuve consolandola durante quince minutos, diciéndole que debía hablar con Hyun Su sobre su discusión y no dejar que algo pequeño los separara.
Cuando por fin de tranquilizó, la mesera trajo mi pedido a la mesa. Sin embargo, el café frío que había ordenado terminó sobre mis piernas pues accidentalmente se le cayó de la bandeja.
Me levanté al instante y pude ver toda mi ropa manchada de café.
—Oye niña, ten más cuidado —Chaeryeong se molestó. —Deberías aprender a llevar esa bandeja.
