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Un nuevo día, una nueva semana, un nuevo objetivo que debía cumplir, una criatura peluda a la que quería matar

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Un nuevo día, una nueva semana, un nuevo objetivo que debía cumplir, una criatura peluda a la que quería matar.

—¡Ya déjame en paz! —trataba de escapar pero yo lo sujetaba de las alas.

—Lo haré cuando me digas dónde da las clases de piano Yoongi.

—¡Ya te he ayudado bastante, si lo sigo haciendo, el creador me castigará! —chilló. —Debes descubrirlo por tu propia cuenta. 

—¿Y cómo esperas que lo haga si no puedo utilizar la basura que me dieron por teléfono? ¿Voy de puerta en puerta buscándolo?

—Podrías preguntarle a Taehyung —dejó de intentar espacar y puso una voz mimosa. —Podemos ir a su casa.

—¿Estás loco? Si le pregunto algo acerca de Yoongi seguro que piensa que me interesa y eso arruinaría todo —solté sus alas, Tannie no lo esperaba y terminó cayendo sobre el colchón de la cama.

—Debería demandarte por maltrato animal.

—No creo que hagan leyes para los programas.

—¡Oye! Eso es ofensivo —se enojó y me di cuenta de mi error, había despertado con el pie izquierdo y estaba descargando toda mi frustración con Tannie.

—No te enojes, perdóname —intenté acariciarlo pero me dio la espalda. —Hoy no desperté de buen humor y pensar en que tengo que lidiar con la actitud de Yoongi me pone inquieta, sé que no es excusa para hablarte así, tú no tienes la culpa.

—Está bien, lo dejaré pasar solo si vamos a casa de Taehyung y me das carne para cenar.

—Bien —solté una ligera sonrisa y sacudí su pelaje.

Tenía que controlar esa clase de emociones de lo contrario podía terminar lastimando los sentimientos de Tannie o de alguien más y lo último que quería era estar peleada con mi guía.

Luego de tomar mis cosas, Tannie se escondió en mi bolso como siempre y salimos de nuestro hogar para ir a casa de Tae.

Toqué a la puerta, tardó un par de minutos en abrir y justo cuando me vio sonrió ampliamente haciéndose a un lado para dejarme pasar.

—Perdón si vine sin avisar.

—No te preocupes, para mí tus visitas son un regalo de los dioses —sonrió tímidamente. —No he podido dejar de pensar en lo que pasó el otro día.

—Yo tampoco, siento como si hubiese sido un sueño —se acercó a mí.

—Tampoco he podido dejar de pensar en ti desde que te conocí —su voz grave me volvía loca —Sujin, creo que me estoy- —por segunda vez su teléfono nos interrumpió. Una llamada estaba en espera, me miró con un poco de pena.

—Contesta —sonreí, se alejó un poco y atendió la llamada.

—Por segunda vez eres muy inoportuno, amigo —suspiró con pesadez. —¿Qué? Pensé que lo arreglarían mañana... sí, no te preocupes, me haré cargo —colgó.

𝑆𝑖𝑠𝑡𝑒𝑚𝑎 𝑑𝑒 𝑆𝑒𝑑𝑢𝑐𝑐𝑖𝑜́𝑛 ♡ 《 𝐵𝑇𝑆 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora