Kim Sujin una chica de 25 años con mala suerte en el amor, decide instalar lo que ella cree que es una app de citas llamada Sistema de Seducción.
Un día una falla en el sistema la hace entrar a la aplicación y deberá conquistar el corazón de 7 chic...
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—Bien amigo, puedes quedarte aquí mientras trabajamos —Taehyung dejó al perro sobre el sofá.
Utilizamos unas sábanas blancas para simular el fondo. Nos apoyamos en el marco de la ventana para mantener firme la tela. Tuvimos que hacer unos reflectores improvisados con las linternas de los teléfonos y un poco de papel aluminio. Eran cosas muy básicas pero sabía que todo saldría bien.
—Está todo listo —tomé la cámara y ajusté la configuración.
Tae suspiró y se colocó justo en el medio del set, no tuve la necesidad de decirle cómo posar, lo hacía a la perfección y sin ningún problema. Parecía como si él realmente hubiese nacido para el modelaje. Era tan atractivo que tuve que tragar saliva después de tomar un par de fotos.
Miré al rededor de su casa y noté un bonito jarrón con flores justo al lado del televisor, sin pedir permiso me acerqué al objeto y tomé una de las rosas blancas que tenía para entregársela a Taehyung.
—Que amable —sonrió de una manera tímida.
—Es para las fotos —reí. —Cuando una empresa te de contrate voy a regalarte un enorme ramo, te lo prometo.
Asintió con una sonrisa y volvió a posar. Colocó la rosa cerca de su boca y mi vista se clavó en esa área, sus labios se veían exquisitos, me atraían como si fuese un imán. Quería dejar por un lado el tema de las fotos y lanzarme a sus brazos para besarlo.
Despejé todas esas ideas de mi cabeza para continuar. Luego de unas cuantas tomas le mostré los resultados a través de la pantalla de la cámara. Taehyung se paró muy cerca de mí para apreciar las imágenes de una mejor manera.
—Eres asombrosa —no podía dejar de mirar las fotos. —La mejor fotógrafa sin duda.
—No es para tanto, todo se debe a ti, eres tan guapo que incluso una foto con la peor calidad que existe saldría perfecta —noté un ligero sonrojó de su parte, desvió la vista de la cámara y me miró, nuevamente su rostro estaba a escasos centímetros del mío.
—Sujin... —susurró. —Tú también eres muy bonita —y sin esperarlo depositó un suave beso en mi mejilla que provocó todo un mar de emociones dentro de mí, mi corazón latía como loco, mis mejillas quemaban a tal punto que podía sentir que me derretía lentamente y mi respiración había desaparecido.
No dijo más, sus largos y finos dedos recorrieron mi mejilla hasta posicionarse en la punta de mi barbilla, vi que sus ojos no podían apartar la vista de mis labios, no sabía qué sucedería pero no iba a evitarlo y si eso tendría consecuencias, me importaba poco.
Cerré los ojos y lo siguiente que sentí fue una ligera presión sobre mis labios, el sentimiento que me transmitía era tan dulce y suave que podía quedarme ahí para siempre y no tendría queja alguna.
Tae me sujetó de la nuca para darle más firmeza al beso en el que nos estábamos envolviendo, yo por mi parte rodeé su cintura mientras con una mano aún sostenía la cámara.
