49. Yo fui primero

8 1 0
                                    

12/Noviembre/2022

Ese día en el que tú y yo pasamos una hora en el centro comercial buscando y peleando con las máquinas dispensadoras porque no aceptaban nuestro billete doblado.
Reíamos sin parar, el aire nos faltaba.
Fue una experiencia tan simple, pero lo recuerdo como si solo nos hubiera pasado a nosotras y a nadie más. Lo recuerdo como si fuera nuestro momento. Fue nuestro momento.

Salí de ese bello recuerdo y regresé al presente, un presente que odie. Vi una y otra vez ese estado que habías subido con tu nueva mejor amiga y dije en mi mente "yo hice eso primero contigo". Seguido de eso me di cuenta que una lágrima estaba apunto de salir y brotar por mi rostro.

"¿Por qué tuvo que terminar?" Me preguntó mi corazón. Y es que nunca entenderé cómo es que pasaste de llamarme "mejor amiga" a odiarme. No fue un cambio repentino, porque resulta que ese sentimiento en ti llevaba ya un tiempo, solo que nunca me lo dijiste, nunca hasta ese día. Ese horrible día.

Te dije que te notaba diferente, y que percibía en tu lenguaje corporal que cuando te hablaba deseabas que me callara y no hablara más. Te confesé que me daba cuenta que no querías estar conmigo, pero aún así te la pasabas a mi lado, sigo sin comprender porqué.
Después de eso te pedí que me dijeras lo que te estaba molestando para evitar hacerlo, porque quería arreglarlo y tener de nuevo esa conexión de antes que todos admiraban de nosotras. Pero no creí que las razones de este cambio serían las mismas razones por las que yo me odio también.

"Nunca estás feliz" me dijiste; a pesar de que estando a tu lado me la pasaba riendo sin parar, y haciéndote reír también. Okay, no soy feliz, pero lo era a tu lado, más sin embargo al parecer no fue suficiente para ti.

"No muestras afecto" me reclamaste; aunque sabías perfectamente que me costaba tanto darlo como recibirlo, y estaba trabajando en eso, pero tampoco fue suficiente para ti.

"Presumes todo lo qué haces" cuando sabías perfectamente, que desde siempre me ha costado hablar bien de mí misma. En esto sí que te contradiré, porque por fin cuando pude avanzar y podía estar orgullosa de algo que yo había hecho y contártelo me dices que presumía.

"Me siento excluida de tu parte" reprochaste, cuando en realidad todo el tiempo estaba contigo, te la pasabas en mi casa, nos sentábamos juntas en clase y en receso, al salir de clase nos quedábamos sentadas en la banqueta riéndonos de cualquier tontería, caminábamos a casa fingiendo ser dinosaurios con las sombras que nos hacía el sol aún cuando teníamos 14 años, salíamos juntas a todos lados.
Es válido sentirse sola, no minimizo tus sentimientos, pero culparme por sentirte "excluida".

"Te victimizas todo el tiempo" ¿es en serio? Cuando no soy capaz de abrir la puta boca para contar cómo me siento o lo que las personas pueden llegar a decir o hacer conmigo, por fin te encuentro a ti, en quien confíe rotundamente y con los ojos vendados para poder por fin contar algunas cosas que me sucedían y sentía, ¿y me dices que me victimizo? ¡¿Es en serio?!

"No me gusta cuando te juntas con los chicos"
"No demuestras ninguna emoción"
"Te la pasas estando mal"
"Llevaba tiempo sintiéndome así contigo"

El día que me dijiste todo eso mi hermano me pidió que lo acompañara a comprar un helado, pero tuve que decirle que no, ¿sabes por qué? Porque arruinaste mi día diciéndome lo mierda que era, porque no podía parar de llorar a pesar de que me pasé la manga una y otra vez por el rostro tratando de limpiarme, porque no quería decirle a mi hermano que la razón por la que estaba llorando era que todo se había terminado porque tenía miedo de aceptarlo.

Ese día me causaste un montón de inseguridades en mí.
Ese día me hiciste retroceder todo lo que había avanzado aceptándome.
Ese día fue la primera vez que lloré por una amistad.
Ese día arruinaste mi confianza en todos, por el miedo de que volviera a pasar.
Ese día fue el inicio de la rutina de preguntar cada cierto tiempo a mis amistades si los hartaba o les molestaba mi forma de ser.

Ese día me jodiste.

¿¿Y eso no te bastó como para darme una carta el último día de secundaria, diciendo "pasé buenos momentos contigo, aunque no puedo negar que en ocasiones sí me hartabas"??

¿De verdad haces eso?

En la mañana, el día de la graduación de la secundaria —el día después de todo eso—, llegaste tarde, cuando estábamos apunto de salir ante el público. Llegaste corriendo y cuando estabas a nada de llegar a donde nosotros abriste los brazos para dar un abrazo a alguien. Y me emocioné tanto
"Solo fue una traba, vamos a arreglar esto, viene a abrazarme" pensé, pero no fue así, que estúpida soy. Me pasaste por un lado y fuiste a abrazar a otra de tus amigas. No sabes cuánto me dolió.
Sentí un vacío enorme en el estómago, ganas de llorar, decepción.
Me sentí tan imbécil.
Salí al público con los ojos lloroso, rogando por que ninguna lágrima saliera de mí.

Le conté sobre esto a tres de los compañeros que teníamos en ese entonces. Uno de ellos te llamó estúpida por alegarte de mí y decirme todo eso, te defendí. "No es estúpida, no es su responsabilidad quedarse conmigo para siempre. Podrá haber terminado mal pero aún así viví toda mi niñez y adolescencia con ella. Además, ya se había tardado, me aguanto por mucho tiempo, 9 años. Siento pena por ella, soportarme por tanto tiempo".
Pero resulta que la estúpida soy yo, por no poder olvidar todo y seguir con mi vida como si nada hubiese sucedido. Porque yo no soy así, en verdad disfruté y valoré todo lo que pasamos juntas, sé que tú no, y por eso debo admitir que siento algo de envidia, por no saber olvidar cómo tú.

Aún así, disfruté tanto despegar a jalones las fotos que teníamos juntas pegadas en mi ventana, al igual que romper esa pulsera morada que compartíamos. Lo mismo al borrar las fotos en mi teléfono, los videos, y sacarte de mis destacadas en Instagram. Fue duro, en verdad lo fue, pero se sintió tan bien.
Se fueron las pruebas de nuestros recuerdos, pero no las memorias en mi cabeza, porque no puedo simplemente ignorar y seguir...

Lo que nunca dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora