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—Cynthia, despierta —escuché una voz suave en mi oído, que me hizo saltar de la cama de un brinco, golpeando mi cabeza con la de Hange.

—¡Auch! —me quejé, acariciando el golpe.

Miré hacia arriba y vi a Hange con una expresión de sorpresa y dolor.

—No me esperaba eso —dijo, frotándose la cabeza.

—Lo siento, me asustaste.

—No te preocupes. Tengo cosas importantes que comentarte antes de irme.

—¿Qué? ¿Te vas hoy?

—Sí, pequeña —dijo con una expresión de ternura, a pesar de la preocupación en sus ojos.

—¿Ya?

—Dentro de tres horas. Pero quería despedirme. Tengo una parada antes y me voy a demorar.

—Sigo sin creer que me dejes sola aquí.

—No estás sola. Estás con Levi.

—Ya, bueno —dije, no muy convencida.

—No te pongas a llorar. Haz llamadas y siéntete en casa. Levi casi nunca sale de su despacho —dijo, intentando consolarme.

De repente, el móvil de Hange sonó. Ella lo puso en silencio y me miró con preocupación.

—Lo siento, Cynthi, tengo que irme ya. ¡Te quiero mucho! —exclamó, antes de salir corriendo como una loca.

Me quedé sola, sintiendo una mezcla de incertidumbre y desamparo al enfrentar la mansión sin su presencia.

Estaba en mi cuarto, eligiendo una película. Me sentía rara sin Nico a mi lado; el perro traidor. Tres golpes en la puerta me hicieron saltar. Miré y vi a Levi con una expresión imperturbable y a Nico a sus pies.

—Tengo que hablar contigo —dijo, acercándose a la cama.

Me senté, observando la seriedad en su rostro.

—Vas a tener que venir conmigo a mi trabajo —ordenó.

—¿Y por qué no puedo quedarme aquí mientras tú trabajas?

—Le prometí a Hange que te cuidaría, y debo hacerlo. Además, es arriesgado dejarte sola sin protección.

—No necesito que nadie me proteja —le lancé un desafío.

—Diría que sí. No sabes lo peligrosos que pueden ser.

Rodé los ojos, exasperada.

—De acuerdo —me rendí.

—Bien —dijo, su mirada recorriéndome de arriba abajo, lo que hizo que mis mejillas se sonrojaran.

—¿Qué ves? —pregunté, sintiéndome incómoda.

—Una película —respondió con una ligera sonrisa.

—¿De qué trata? —preguntó, curioso.

—No lo sé, elegí una al azar —respondí.

Asintió y, cuando parecía que iba a irse, lo detuve.

—¿Te gustaría quedarte a verla conmigo? —le pedí, sin pensarlo demasiado.

Él dudó por un momento antes de sentarse en la cama, quitándose los zapatos. Yo me eché a un lado, dándole espacio.

Comenzamos a ver la película, una historia de locura y desvaríos. A pesar de la trama absurda, me sentí extrañamente cómoda con él cerca.

Cuando la película terminó, Levi ni siquiera me miró. Solo recogió sus zapatos y se fue sin una palabra. No sabía si se sintió incómodo, pero yo, por mi parte, había disfrutado de su compañía.

Pasaron dos días desde que Hange se fue. Levi no daba señales de vida, siempre encerrado en su despacho. Me sentía sola y desubicada, a pesar de que el lujoso entorno me era ajeno.

Esa noche, me sentía más sola que nunca. Hange estaba ocupada, y mi perro parecía hechizado por Levi. Me tumbé en la alfombra de la sala con un libro de autoayuda, pero el aburrimiento se apoderó de mí.

Escuché pasos en la escalera y me sobresalté. Me incorporé para ver a Levi con Nico detrás.

—Vístete rápido, tenemos que irnos —dijo en un tono firme, sin mirarme.

—¿Dónde vamos? —pregunté, sintiendo un cosquilleo de ansiedad.

—A mi trabajo. Te dije que tendrías que venir conmigo —me miró, sus ojos penetrantes haciéndome sentir vulnerable.

Asentí y me vestí rápidamente, eligiendo lo primero que encontré: unos jeans, una sudadera beige y mis Converse blancas. Me peiné y me eché perfume antes de bajar.

Levi me examinó de pies a cabeza con una mirada que hizo que me sonrojara. Me hizo una señal para seguirlo, y nos subimos a su coche. El trayecto fue largo, con un silencio incómodo que me hizo sentir aún más nerviosa.

Al llegar, vi el letrero gigante de "Empresas Akerman" y me quedé boquiabierta. Levi era el dueño de esta empresa.

Sentí una mano en mi brazo, miré a Levi y me calmé al ver su mirada preocupada. Me tomó de la mano, lo que me hizo sentir un calor inesperado en las mejillas.



ㅤt̷t̷x̷x̷_h̷o̷n̷e̷y̷ 🃨

𝕸𝖎𝖊𝖉𝖔//Levi AkermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora