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—Cynthia, por favor, déjame explicarlo—dijo Hange, su voz temblando al ver la furia en mi rostro.

—¿Qué me vas a explicar? ¿Que me has mentido durante más de tres años? ¿Qué más has escondido, Hange? ¿Tal vez ni siquiera es tu nombre? —le espeté, mi voz cargada de ira.

La tristeza se reflejaba cada vez más en su cara, mientras yo me hundía en la decepción y el dolor. El aire entre nosotras se volvió denso, hasta que el silencio fue roto por los pasos que bajaban las escaleras. Podía sentir la presencia de Levi y Erwin acercándose, pero en ese momento, nada me importaba. Mi mente estaba nublada por el desengaño.

Finalmente, me atreví a levantar la vista y vi a Levi y Erwin aparecer en el umbral. Levi, con su mirada de acero, inquirió con frialdad:

—¿Qué le has dicho a Cynthia, Hange?

La respuesta de Hange fue una mezcla de inseguridad y desesperación. —Ella llegó a esa conclusión sola. Yo... yo no sabía qué decir.

El dolor en mi pecho se intensificó al ver la expresión de sorpresa en los ojos de Levi. Me sentía traicionada, completamente sola.

—Hange, ¿en qué quedamos?—le preguntó Levi, su voz cargada de reproche.

Me volví hacia Levi, buscando alguna señal de que todo estaba mal, pero su mirada confirmaba lo peor. Me estaba hundiendo en un mar de traición y desilusión.

—Quiero estar sola—dije con firmeza, y me dirigí a mi cuarto con pasos pesados.

Pensé en escapar, pero pronto me di cuenta de que sería inútil. Solo me quedaba esperar, o resignarme a la idea de que en cualquier momento podría morir. Sentía una angustia abrumadora, especialmente al darme cuenta de que la persona en la que más confiaba, Hange, había sido parte de esta mentira.

No tardé en estallar en lágrimas. Mientras la desesperación me ahogaba, escuché unos pasos apresurados en el patio y me asomé temblando. Vi a varios hombres armados intentando entrar por la puerta, y la visión de los cuerpos de los guardias de seguridad caídos me heló la sangre.

—¿Qué debo hacer? —me preguntaba en un susurro angustiado mientras miraba la puerta con desesperanza.

Hange

—Levi, perdón, de verdad—dije por enésima vez, mi voz apenas un murmullo.

—Sí, pero por favor, cállate. Necesito pensar—me respondió con una mezcla de exasperación y concentración.

Un estruendo me hizo estremecer, y miré a mi alrededor, intentando localizar la fuente del sonido. Mi corazón empezó a latir con fuerza al escuchar un grito desesperado que venía de arriba.

—¡Cynthia!—exclamó Levi, y en un parpadeo, desapareció por las escaleras, seguido por Erwin y yo, con el miedo apoderándose de mí.

Cynthia

La desesperación me envolvía mientras me asomaba por el balcón y veía a los hombres armados. Uno de ellos me miró y gritó, y mi corazón se disparó. Cerré las ventanas y me refugié en el cuarto de baño, mi mente frenética preguntándose por qué estaba en peligro.

El sonido del cristal rompiéndose me heló. Los hombres estaban forzando la entrada, y mi mente se llenó de pánico. La desesperación me invadió mientras escuchaba cómo intentaban abrir la puerta. Me deslicé hacia un rincón, tratando de pensar en una salida, pero era inútil.

—¡Vamos, niña! Sabemos que estás ahí. Sal por las buenas, o lo haremos por las malas—dijo una voz áspera.

El miedo se apoderó de mí. El hombre que entró en el cuarto de baño tenía una expresión cruel mientras se acercaba. Me agarró por el mentón con fuerza y me miró con una sonrisa siniestra.

—¿Qué tenemos aquí? La famosa niña de los ojos morados—dijo, acercándose con intención.

No pude articular palabra. Mi voz se había quedado atrapada en la garganta.

—Llevársela—ordenó el hombre, y mientras me soltaba bruscamente, dos hombres grandes entraron y me sujetaron.

—¡Levi!—grité con toda la fuerza que me quedaba, mi voz desgarradora, pero uno de los hombres me dio un golpe en la nuca y todo se volvió negro.


t̷t̷x̷x̷_h̷o̷n̷e̷y̷ 🃨

𝕸𝖎𝖊𝖉𝖔//Levi AkermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora