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Estaba con los chicos, explicándoles la situación, cuando alguien llamó a la puerta. Me levanté con un nudo en el estómago, anticipando quién podría ser.

—Voy yo —dije, tratando de disimular mi nerviosismo.

Abrí la puerta y allí estaba Levi, con una expresión grave, acompañado por dos hombres que transmitían una clara amenaza. Mi corazón empezó a latir con fuerza.

—Cynthia, no te voy a hacer daño. Solo quiero que vengas conmigo. Hange está preocupada —dijo, su voz contenía una mezcla de urgencia y preocupación.

—No quiero —murmuré, mi voz era casi inaudible.

No podía volver allí. Me sentía tan sola y perdida, y el miedo se apoderaba de mí. Tragué en seco al ver cómo los dos hombres detrás de Levi se acercaban. A mi sorpresa, Levi levantó la mano y les hizo una señal para que se detuvieran.

—Tienes que venir, Cynthia —dijo, intentando transmitirme confianza.

—No quiero —repetí, mirando al suelo.

—Te voy a proponer un trato —ofreció, y esta vez levanté la vista, interesada.

—¿Qué tipo de trato? —pregunté.

—Si vienes conmigo, te contaré por qué estás aquí y trataré de llevarte a ver a tus amigos —dijo, su voz era firme pero suave.

Me lo pensé. No quería dejarlos de nuevo, pero también necesitaba respuestas. Finalmente, asentí.

—Acepto —dije, con decisión.

—Bien, sube al coche —dijo Levi, y yo le seguí.

—Espera —le detuve—. ¿Puedo despedirme?

—Está bien, pero solo cinco minutos —accedió.

Le di una pequeña sonrisa y volví a entrar en la casa.

—Chicos, lo siento, pero tengo que irme —dije, mi voz temblaba.

—¿Qué? —preguntó Sasha, sorprendida.

—Lo siento de verdad, pero esta vez sí volveré a visitaros —dije, abrazándolos con fuerza. Sentí lágrimas en los ojos mientras les decía—. Os quiero.

Salí de la casa con el corazón pesado y me subí al coche junto a Levi, quien tomó el volante.

—¿Dónde vamos? —pregunté, mi voz era una mezcla de ansiedad y resignación.

—A casa —respondió Levi, su tono era tranquilo.

—Bien —me limité a responder.

Llegamos a su casa y nos sentamos en el sofá. Levi me miró con una intensidad que no había visto antes.

—Bien, hazme preguntas y yo te las responderé —dijo, su voz era firme pero cargada de una ternura inesperada.

—¿Por qué me dijiste ese día que me querían matar? —le pregunté, mi voz temblaba.

—Cynthia, los hijos de puta de tus padres te han metido en muchos problemas. Lo sé porque he investigado. Te han hecho la vida imposible —dijo, su tono era áspero, pero sus ojos mostraban una pequeña preocupación.

—¿Qué tipo de problemas? —insistí, mi corazón latía con fuerza.

—Ellos te han perjudicado de muchas maneras. La mayoría pienso que eras consciente, porque era con tu cuerpo —dijo, su voz seguía siendo firme.

Las palabras de Levi resonaron en mi mente. Recordé cada momento doloroso de mi pasado, los abusos y el maltrato. Las lágrimas empezaron a caer y, sin darme cuenta, una de ellas se deslizó por mi mejilla. Levi la limpió con su pulgar y me miró con una ternura que me desarmó.

Sin pensarlo, me lancé a abrazarlo. Sentí cómo su cuerpo se tensaba, pero luego, con suavidad, me rodeó con los brazos. Su calidez me envolvió y rompí a llorar en silencio, sintiendo una paz que nunca había conocido antes.

—Yo también pienso lo mismo que tú, Cynthia. No sé qué has hecho para merecerte todo esto —dijo, su voz estaba cargada de una empatía genuina.

Sus palabras me envolvieron en una calma reconfortante, y me di cuenta de cuánto significaba su presencia en mi vida.



ㅤt̷t̷x̷x̷_h̷o̷n̷e̷y̷ 🃨

𝕸𝖎𝖊𝖉𝖔//Levi AkermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora