1 - EL BAR

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; Viktoria D'Mevius
30 de Agosto de 2022

Mi familia es conocida por ser una de las más poderosas y ricas del continente europeo.

Somos propietarios de la marca Chevelius, la cadena de restaurantes más grande y cara del mundo, tienen una riqueza estimada en 150.000 millones de dólares que salen de los más de 500.000 millones de dólares en ventas que facturan sus 9.000 tiendas.

También, socios del grupo BMW, formado por la mítica marca de coches, Mini y por Rolls-Royce, disponen de una fortuna de 92.000 millones de dólares AL AÑO.

Mi padre, Vittorio D'Mevius, falleció hace dos años y diez meses. Y Vincent, mi hermano mayor, fue preparado toda su vida para ocupar su lugar en su ausencia.

Por más que Venedic y yo también ocupemos el rol como dueños, Vincent es la cabeza del clan, aquel que mueve todas las fichas con el control de cada hilo. Y lo hace de maravilla, no hay nadie mejor que él.

El día de hoy, mi hermanos y yo, tenemos una cita con la familia Dellacroce. Un contrato dónde firmaremos un acuerdo de promociones grupales espera por nosotros. ¿No había mencionado que la familia Dellacroce es la familia del momento? Su participación en el público ha escalado a un nivel impresionante los últimos meses, también en el ámbito empresarial. Y como D'Mevius, estoy de acuerdo en hacer alianzas con tal de abrir paso al mercado familiar.
Es importante para nuestra familia y empresa, firmar este contrato porque podría hacer que nuestros servicios tuvieran más visibilidad, más posibilidades de entrar en los mercados internacionales y así obtener un aumento de ventas.

El apellido Dellacroce en nuestras alianzas nos otorga la llave a nuevas oportunidades. Y viceversa con respecto al apellido D'Mevius.

Y, si todo sale bien, ambos podríamos aumentar riqueza y poder

Michele y Antonietta, son padres de Evelyn, mi
mejor amiga de toda la vida. Aunque, por razones del destino, nos alejamos al terminar la preparatoria hace unos años. Siempre creí que se debió a nuestros gustos diferentes con respecto a nuestra manera de ver el futuro.
A Evelyn le encantaba la política, la organización y administración de empresas, la prensa y yo era más del mundo divino del maquillaje, moda, redes sociales y diversión. No me malinterpreten, no quiero decir que la política sea aburrida para todos.

Quizá lo sea, un poco (mucho).

Cuando salí del edificio y me adentré a la camioneta, me topé con la presencia de Marcus y su notable mal genio, mi entonces guardaespaldas. Quien me mira a través del espejo retrovisor con expresión triste. O quizás, una mezcla entre tristeza y decepción.
Soy capaz de entender el porqué, decido ignorarlo por el resto del trayecto. Hasta que se detiene al llegar a mi destino y antes de bajar del vehículo, él rompe el silencio de manera abrupta, antes de que pueda realizar un movimiento.

— Vivi, con respecto a lo de anoche...

— Podríamos ignorarlo, Marcus. Me encuentro bien, y en el momento en el que... bueno, tuvimos un deslice, también lo estuve. No te preocupes, nadie lo sabrá —. Le dediqué una sonrisa a medias antes de bajar del coche. Supuse que mis palabras solo causarían la ruptura a todo tipo de relación entre nosotros dos.

Tenía mi bolso a mano y me coloqué los lentes con mi diestra disponible mientras los paparazzis se acercaban a tomarme fotos. Normalmente, suelo hablar con ellos y responder sus preguntas, pero llego 13 minutos tarde y puedo oler el mal humor de mi hermano Vincent a lo lejos.
Así que me dedico a esquivarlos con una sonrisa a la par que mis guardaespaldas se encargan de alejarlos para poder llegar a la entrada del edificio Dellacroce lo antes posible. No sin antes despedirme de manera cordial.

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