16 - Dulces Veinticinco

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; Viktoria D'Mevius
13 de Noviembre de 2022

— ¡Feliz cumpleaños!

Al abrir la puerta, me encuentro con la inesperada reunión de seres queridos y conocidos.

Me detengo inmediatamente, estática con mis ojos fijos entre la multitud, donde la mayoría no logro reconocer. El impacto de la sorpresa se refleja en mi rostro, mientras el corazón me late con fuerza y percibo como me hace falta algo de aire frente a todas esas personas.

Comienzo a sentirme abrumada y completamente desconcertada ante la situación. Miro hacia todos lados, buscando un rostro reconocible y aunque todos estén aullando de alegría y la música resuene entre esas paredes, escucho como si estuviera atrapada en una burbuja bajo el mar.

Me llevo una mano al pecho inconscientemente, notando como este subía y bajaba ante la conmoción, y aunque quisiera romper en llanto, mi cuerpo me lo prohíbe.

Florencia se acerca a mí y me envuelve en un abrazo. Sus brazos me transmiten esa calidez y acaricia mi espalda con ternura. Correspondo de inmediato y las personas comienzan a aplaudir tras la conmovedora escena.

— ¿Mamá?

— No es lo que esperabas, pero intenta disimular, muñeca. Mar ha organizado esto para ti y lo único que desea es verte sonreír.

Cierro los ojos durante unos segundos, intento mantenerme fuerte, teniendo en cuenta las palabras de mi madre. Ella me suelta y acaricia mis brazos con una sonrisa. Le devuelvo la sonrisa, y entonces, se acerca Venedic, y no está solo.

Eros llega primero, me alza como un saco de papas y, sin poder contener la alegría, me alzó en el aire, haciéndome girar en un abrazo efusivo. No pude evitar sentir cosquillas en la tripa y reírme de la situación. Fue un gesto espontáneo que expresaba la intensidad del cariño y la emoción acumulada durante el tiempo en el que no nos vimos. Seguido de Venedic, quien también me abraza y no disimula los besos que deja cariñosamente en mi rostro.

— Feliz cumpleaños, Vivi.

— Gracias, Ven.

Siento como mis ojos se humedecen y Venedic hace un ademán de volver a abrazarme. Por lo que guardo mi rostro en su pecho por unos segundos, sintiendo los latidos de su corazón. Los cuento hasta creer que podría seguir fingiendo frente a todas estas personas, que tan mal se me da hacerlo.

Paso media hora recibiendo saludos emocionantes y palabras hermosas. Aunque, no sea lo que esperaba, consiguen hacerme sentir mejor y recordar por qué están todas estas personas aquí. Lo han hecho por mí y como mínimo podría ofrecer una sonrisa.

Pero, seamos honestos, ¿a quién se le ocurrió hacerme una fiesta sorpresa sabiendo lo triste que se ha convertido esta fecha para mí?

Reconozco el cabello cobrizo de Mar desde lejos, se acerca a mí con los brazos abiertos y una sonrisa triste. Es que ella era tan expresiva con los gestos, que no era tan difícil entender por lo que está pasando.

Su abrazo, aunque cálido, parecía contener un mar de emociones no expresadas. Ella intenta entrelazarme tímidamente, como si temieran revelar la vulnerabilidad que guardaba en su interior. Rompo esa barrera, abrazándola con un cariño imposible de explicar con palabras, y con toda la intención de refugiarme en ella.

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⏰ Última actualización: Sep 30 ⏰

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