; Viktoria D'Mevius
24 de Septiembre de 202222:22 PM.
Los grandes ojos grises de Nicholas se posaron sobre mí esperando una respuesta de mi parte. Ocultó las manos detrás de su cuerpo y elevó una parte de su comisura con levedad. A penas un movimiento, que informaba que una sonrisa ladina se aproximaba.
No entendía por qué, pero una punzada me atacó el pecho.
Su sonrisa era... aterradora.
Tenía el tipo de sonrisa que encantaba y perturbaba al mismo tiempo.
Pero además de aterrada, fue como si me dejara desorientada del lugar en el que nos encontramos.Como si solo fuéramos él y yo.
Todos los demás habían desaparecido.
Todo era silencio.
Hasta que elevó las cejas. Señal dándome la iniciativa.Aclaré la garganta antes de hablar.
— En un bar nocturno.
— ¡¿Un bar nocturno?!
Mar tenía esa costumbre de reaccionar en altavoz a cada cosa que le impresionara sin filtro. Y aunque ame esa faceta suya, debo admitir que en algunas ocasiones preferiría cubrirle la boca con cinta.
Estoy segura de que mi hermano jamás se enteraría por boca de Mar que he pisado el bar nocturno de gola d'inferno. Sin embargo, le llegaría el rumor si Mar reacciona con esa intensidad.
Porque las personas de la alta sociedad pueden considerarse a sí mismos los más dignos en educación, pero a la hora de no meter sus narices en la vida de los demás se descuentan todas sus fichas.
Son personas asquerosa y excesivamente entrometidas.— Sois igualitas —. Mencionó Nicholas apuntándonos con la cabeza.
Para mí es un honor y me enorgullece, pero sabiendo que viene de la boca de Dellacroce, estoy segura que intenta ofenderme.
O algún lado malo debía sacarle para entender.— ¿Por qué sigues aquí? Creí que no te agradaba.
— No me agradas.
— Entonces, ¿qué haces aquí, Nicholas?
— Fui invitado, ¿no?
— Sabes que no me refiero a eso.
— Eres intensa, D'Mevius.
Pongo los ojos en blanco y observo la sonrisa que se forma en sus labios mientras esconde las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.
Es un hombre naturalmente coqueto, y eso me fastidia aún mas.— Eres desagradable.
Escupo con asco. A él no se le borra la sonrisa, de hecho, ni siquiera pareció importarle.
Mar, en cambio, observa todo el espectáculo como si fuera una obra de teatro privada. A pesar de que cualquier persona pueda vernos y escucharnos, ya que ni siquiera intentábamos disimular lo insoportable que él era para mí y yo para él.
Pero no podía echarlo. No podía pedir que se vaya, tenía que hacerlo yo, por mi propia cuenta.
¡Mierda! ¿Por qué no lo hacía? Estaba claro que él esperaba a que lo haga primero. Que lo haga por él.
No puedo darle ventaja de nada.
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Desear lo Prohibido
RomanceLos D'Mevius son conocidos por ser una de las familias más poderosas del continente europeo y su riqueza es incontable. La más joven del clan D'Mevius, Viktoria, es la más rica de su familia con un capital que crece de la mano de su marca de maquil...