6 - Inconveniente de Ojos Cielo

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; Nicholas Dellacroce
9 de Septiembre de 2022

Mi madre está de pie frente a nosotros con una expresión completamente confundida.

Solté el brazo de Viktoria con suavidad, de un roce que no llamaría la atención como para creer que la he estado presionando a algo que ninguno de los dos querría hacer.

— ¿Qué? —. Respondimos ambos al unísono.

Sentí la mirada penetrante de ella de reojo, sin embargo, la ignoré prestándole atención a la reacción de mi madre.
Su presencia en este momento me incomodaba.

— Me retiro.

Me aclaré la garganta con la intención de eliminar cualquier rastro de nervios en esta.
Miré a Viktoria y sus ojos azules me detallaron tan fijamente que me hizo dar un escalofrío. Sus labios oscuros estaban entreabiertos, dándome la sensación de que quería decir algo. Y en su mirada había únicamente confusión y desconfianza.

— Señorita D'Mevius —. Me despedí.

— Señor Dellacroce.

Le sonreí a mi madre antes de avanzar a su lado, en dirección a la salida más cercana. Necesitaba huir de aquí lo antes posible.

Cuando crucé la puerta de cristal que separaba el pasillo con el jardín, sentí como al fin pude volver a respirar. El alivio gobernó mi cuerpo. Mis pasos fueron más acelerados hasta que conseguí escapar.
Las puertas del garaje se abrieron para mí.
El salón blanco, iluminado con colgantes dorados que alumbraban la colección de los Dellacroce, y quizás, lo más preciado que guardamos en la gran mansión, llamaron completamente mi atención. Los distintos modelos de deportivos que allí permanecían.
Mis pasos son directos y seguros hacia el gran armario de las llaves. Podría pasar horas buscando el color, modelo y tamaño indicado, pero sabía la respuesta incluso antes de preguntármelo.

Me metí al ascensor, presionando el único botón hacia la única dirección que este llevaba.
El subsuelo.
Una vez que las puertas de cristal se abrieron frente a mi, mis pasos fueron seguros hacia la caja fuerte de oro que contenía mi objeto más preciado.

Activé el permiso con reconocimiento de huella digital y entonces las luces azules me apuntaron el rostro, con acceso a mi reconocimiento facial. Una vez detectado, la caja se abrió, deslizando la maravillosa caja de cristal donde descansaba la llave de Jennifer.

Mi Bugatti modelo "La Voiture Noire".
El híper deportivo de lujo, motor de cuádruple turbo W16, una potencia de 1500 HP, blindado, con armamento interno, la palabra Bugatti escrita en mayúsculas rediseñada con diamantes rojos encima de la matrícula, valorados en millones de dólares por quilate y luces de alta gama color blanco. Que cambian a rojo cada vez que lo ordeno. 

Y por supuesto, con la carrocería totalmente en fibra de carbono, la cuál está confeccionada a mano y pintada en color Deep Black Gloss.

Mi favorita.
Única e inigualable Jennifer.

Podía ser un modelo 2019, de fabricación única, pero a pesar de todo, seguía siendo irremplazable para mí.
Ya que, aparte de guardar recuerdos que me vinculaban sentimentalmente con ella, era la más preciosa.

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