; Viktoria D'Mevius
8 de Septiembre de 2022El hogar de los Dellacroce estaba ubicado en un barrio privado un poco aislado del centro de la ciudad. El cual está rodeado de cámaras y guardias de seguridad, ya que podría imaginar que no se trataba de la única familia famosa que vive en un terreno tan extenso e importante.
En cuanto llegamos a la entrada, las rejas blancas estropearon mi vista.
Marcus aclaró que soy Viktoria D'Mevius y venía de parte de Antonietta. Los guardias tardaron un poco más de un minuto en coincidir con sus palabras y abrieron las rejas permitiéndonos la entrada a la mansión.Lo primero que llamó mi atención, fueron la cantidad de personas que caminaban de un lado a otro por todo el espacio. Eran trabajadores, que al ver la camioneta lujosa que pasaba por al lado de ellos, ni siquiera se dieron cuenta de su presencia.
En mi residencia, somos muy exigentes con eso. Bueno, mi hermano Venedic lo es. No permite que hayan muchos trabajadores, y de ser así, tampoco permite que estén todos en el mismo horario. Le tiene mucha desconfianza a las personas que solo quieren conseguir trabajo fijo, siempre creí que eso sería por haberse ganado muchos enemigos.Marcus estacionó en la entrada, bajó antes de apagar el motor y rodeó el vehículo para abrirme la puerta.
Tomé mi bolso de mano y primero deslicé un tacón por afuera para después hacer lo mismo con el resto de mi cuerpo. Parpadeé varias veces apreciando todo más a detalle y casi no disimulo mi asombro al ver la casa blanca de ventanales gigantes.Llevaba puesto un vestido de seda color negro, el cual no era tan pegado al cuerpo, pero aún así no dejaba que mi cintura pasara de ser percibida. Un blazer azul almirante al igual que los tacones. Con joyería de oro y el mejor de mis perfumes.
Antonietta salió de la entrada con un vestido amarillo, el cabello castaño suelto, ondulado y una sonrisa de oreja a oreja. Casi oigo como grita de la emoción al verme y su alegria me contagió, sonreí instantáneamente.
— ¡Cariño!
— ¡Hola! — Mi voz salió un poco temblorosa de los nervios. Por más que tengamos muchísima química entre nosotras, nunca había pensado en la posibilidad de que me invitara a cenar a su casa después de tantos años. Antonietta siempre había sido muy amable y ha demostrado ser una persona que me aprecia mucho, no quería que se sienta incómoda conmigo.
Se dice que las energías siempre son mutuas. Así que si sientes energía incómoda, mala o atracción, es mutuo. Eso quiere decir que la otra persona está sintiendo exactamente lo mismo.
Un buen ejemplo puede ser la energía que siente el introvertido con el extrovertido. El introvertido siente la energía del extrovertido y si se siente cómodo como él, trata de ser igual de extrovertido en la conversación.Antonietta me contagiaba felicidad. Ella me transmitía confianza y comodidad, así como si fuéramos amigas desde hace mucho tiempo, a pesar de que sea la primera vez después de muchos años que visite su casa por dentro.
— Por favor, siéntete cómoda. Te estamos esperando para cenar.
— Con permiso.
Antonietta me acompañó hasta la entrada, una vez dentro se veía como un palacio.
Las paredes son blancas y altas, tiene ventanas muy grandes, semejantes a las de un castillo. Todo está decorado con cuadros, detalles dorados y plantas verdes. Además de eso, no hay otro color que decore el gran salón.
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Desear lo Prohibido
RomanceLos D'Mevius son conocidos por ser una de las familias más poderosas del continente europeo y su riqueza es incontable. La más joven del clan D'Mevius, Viktoria, es la más rica de su familia con un capital que crece de la mano de su marca de maquil...