Celos

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     Kathryn se despertó en medio de la noche, quería cumplir su palabra con ayudar al genio a descifrar la verdad del poder del Tesseracto

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Kathryn se despertó en medio de la noche, quería cumplir su palabra con ayudar al genio a descifrar la verdad del poder del Tesseracto. Se vistió con su ropa de guerra en caso de que necesitase estar presente en su primera misión y partió a la base, ansiosa por trabajar al lado de Howard, llegando a casi tropezarse en su camino.

Al llegar a la base -Luego de varios tropiezos que al final usó su magia para volar- buscó en todas las salas posibles a Howard pero sin éxito, hasta que vio a una chica rubia revisando algunos documentos importantes, a lo que se acercó a ella sin miedo y preguntó por el laboratorio de Howard, la muchacha dejó los papeles a un lado y señaló hacia la derecha, mencionando que se encontrará con una puerta después de un pasillo eterno. La castaña agradeció y se dirigió al lugar con emoción, olvidando de colocase su bata de laboratorio.

Tocó la puerta tres veces, un señor de mediana edad abrió la puerta y consultó a la castaña lo que necesitaba, la contraria respondió que quería ver al Señor Stark, ya el en persona le pidió que colaborase con él. La voz de Howard paralizó por completo a la Alemana, el señor asintió a la petición del genio y la hizo pasar, no sin antes sugerirle que se colocase una de las batas que se encontraban disponibles al lado de la puerta, Kathryn desabrochó su capa para luego cambiarla por aquella bata de laboratorio -que le quedaba gigante-, dejándola colgada al lado de la puerta.

-Justo a tiempo, Srta Müller. -Mencionó Howard sin quitar la vista de aquél artefacto que manipulaba.

-¿Algún descubrimiento interesante, Sr Stark? -Preguntó la Alemana, colocándose al lado de él.

-¿Qué me puedes decir de esto? -El Genio lentamente sacó la duplicación del Tesseracto de aquél dispositivo. -Schmidt debió hablarte de ello en algún momento.

-Le llaman Tesseracto, Schmidt cree que es un regalo de los Dioses. -Inició Kathryn, recordando algunas que su antiguo líder mencionó. -Aunque esto parece más una duplicación, no es el poder original, lo veo demasiado... extraño.

-Entonces usan esta duplicación del poder original para fabricar... ¿Lo que sea?

-Ya entendiste. -Afirmó la castaña, tomando su mentón para pensar. -Aunque en cierto modo, el Tesseracto debe funcionar para otras cosas.

-Acércate, analicemos juntos esto. -La castaña se acercó a Howard, quedando a la par. -El patrón de emisión es inusual, rayos Alfa y Beta neutrales... Dudo que Steve haya notado esto mas que tu, Kathryn. -Kathryn se sonrojó ante el comentario del Stark. -Se ve inofensivo. ¿Por qué tanto alboroto?

-Yo que usted no pensaría así...

Antes de que pudiese continuar hablando, Howard probó una pequeña carga de electricidad, suficiente para que mandara lejos a ambos, junto con otro científico que se encontraba apoyando al dúo. Stark aterrizó justo de espaldas en el cuerpo de Kathryn mientras que esta se sobaba su cabeza por la golpiza que se dió en la pared, al ver que el genio estaba en esa posición, no evitó sentirse más nerviosa de lo normal.

-¿Te quieres quedar así por un rato más? -Comentó Kathryn, recordando aquellas palabras mencionadas por Howard en el pasado.

-Anoten eso. -Habló malherido Howard, dándose cuenta de la situación en la que se encontraba. -Mil disculpas Kathryn, no me di cuenta.

-No se preocupe, a veces nos pasa. -La Alemana se levanta y ayuda al Stark a levantarse. -¿Qué haremos ahora?

-El laboratorio está arruinado por el momento, eso me da tiempo para ir a la reunión con el Coronel Phillips. -Pensó el Genio, mientras se sacó la bata. -Si deseas, puedo rediseñar tu vestimenta ya que... -Stark apuntó a la capa y la ropa de la chica bien rasgados.

-¡No, mi capa! -Kathryn se acercó a su capa que estaba colgada. -Este era el último regalo que Erskine me dio. -Revisó que el cristal rasgó gran parte de la tela. -Le tomaré la palabra entonces.

Kathryn y Stark dejaron sus batas de laboratorio para luego salir del lugar, juntos se fueron conversando de lo sucedido y antes de que la Alemana pudiese mencionar aquella cita pendiente, una muchacha de pelo como si fuera de fuego se acercó al Genio de una forma que no agradó mucho a la Castaña, lo que la llevó a alejarse lentamente para buscar un lápiz y papel para diseñar su nuevo traje sin capa.

¿Tomarás mi mano? - Howard StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora