Hitler supervisaba detalladamente las acciones de su aliado Schmidt en cuanto a lo que se trataba de la elegida de Berlín, estaba prácticamente encima del proyecto en lo que restaba de día mientras orquestaba batallas en puntos estratégicos en Europa. Kathryn mientras tanto se sentó por un segundo a pensar en el futuro que se le avecinaba, no pudo conciliar el sueño como debería hacerlo cualquier gente normal, el hecho de que es la rata de laboratorio de Schmidt no la convencía del todo y temía de que algo malo pasase en la operación que Hitler depositó tantas esperanzas.
Kathryn sintió la puerta de su hogar a altas horas de la noche, ésta se extrañó ya que nunca —En realidad, nunca— recibía visitas si no fuera por algún asunto importante. Esta vez no haría la excepción y se levanto para arreglarse un poco, bajó para abrir la puerta y encontrarse con el Fuhrer cara a cara.—Señorita Müller —Este hizo el saludo Nazi, acto que respondió rápidamente Kathryn—. Me disculpo por la hora que vengo a hablarle.
—No es ninguna molestia, Mein Fuhrer —Kathryn extendió su brazo, dejando pasar a Hitler—. Usted puede venir cuando quiera y será bien recibido.
—Solo vengo a desearte el mayor de los éxitos, teniéndote ahora en nuestras filas, ganaremos esta guerra y dominaremos el mundo.
—Es un honor para mi recibir sus palabras —Kathryn hizo el saludo militar en respeto del Fuhrer.Kathryn cerró la puerta y guió a Hitler a la mesa principal de la mansión para servirle algo, éste aceptó con la mirada perdida, algo que pudo percibir la castaña, poniéndola nerviosa en el acto. En la cocina, al preparar algunos alimentos livianos, unas pequeñas visiones pasaron ante los ojos de la alemana, haciéndola chocar por detrás sobre la mesa, casi tirando al suelo la comida que tenía entre sus manos, no quería alertar al Fuhrer a si que trató de hacer el menor ruido posible.
«¿Que tipo de laboratorio era ese? ¿Dónde es? ¿por que hablan en otro idioma?»La castaña no podía parar de repetirse las cosas que pasaban por su cabeza, ¿por qué tuvo aquella visión? ¿Algún destino estaba preparado para ella? Terminó de preparar algún aperitivo y se la llevó al Fuhrer, quien esperaba pacientemente a la castaña buscando algún tema a tratar para lo que se venía, los estadounidenses se estaban adelantando a sus planes y necesitaba ya el experimento de Johann estuviera lo mas pronto posible.
Hitler terminó de comer lo que Kathryn ofreció, le agradeció por lo que pudo ofrecerle y se despidió de la castaña no sin antes volver a darle los éxitos de la misión, haciendo que la castaña estuviera decidida a enfrentarse a su destino. Solo quería acabar con esta locura en las cuales se obligó a meter narices con tal de seguir viviendo.
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¿Tomarás mi mano? - Howard Stark
FanfictionKathryn Müller, de 20 años, es la mano derecha de Johann Schmidt. Se convierte en su "Ratita de laboratorio" para un experimento alemán, pero una falla grave en medio de la operación provoca que el laboratorio sufra daños importantes al igual que el...