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La música de los 40' sonaba a tope, en aquella brisa de la victoria mundial ante la Alemania nazi y los de Hydra, todo el mundo celebraba con fervor. Kathryn caminaba lentamente con su uniforme militar mientras que la gente admiraba a sus héroes mundiales que lucharon por aquella paz que tanto anhelaban.
Una mirada posó sobre ella que la erizó por completo, era la de Howard Stark en un traje semiformal con la mirada bastante seria, mientras posaba con sus manos en los bolsillos delanteros del pantalón. El genio simplemente negó con la cabeza, dándose la media vuelta y caminó hacia un callejón, lo que llevó a la Alemana a abrirse paso a través de la gente para poder hablar a solas con él.
—Howard, yo... lo siento mucho, creí que hacía lo correcto. —Se sinceró Kathryn, bajando la mirada.
—Te advertí que algo pasaría y mira lo que pasó. —Howard se encontraba molesto en este punto. —Todo por querer ser una heroína ante los ojos del mundo.
—Podemos empezar otra vez Howard, tu y yo teniendo una nueva vida...
—No Kathryn, aunque cumplí mi promesa de buscarte durante toda mi vida, senté cabeza y me fue bien, algo que quizás jamás lo conseguirás.
El genio simplemente dió un leve empujón a Kath, lo suficiente como para que cayera en un profundo agujero oscuro mientras que la sombra de Howard se hacía presente hasta sentir un enorme golpe.
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Kathryn se despertó de golpe por lo que acabó de soñar, los traviesos rayos del sol iluminaban gran parte de su nuevo departamento en Nueva York, lo que llegó a confundirle más ya que aún estaba adaptándose a su nueva realidad moderna en la que se siente miserable. Se levantó de su cama y se dirigió a ducharse, para poder tomar rumbo hacia Manhattan, donde estaría haciendo su nuevo pasatiempo favorito, buscar con qué desaburrirse.
Una vez que estaba lista, tomó su mochila y salió normalmente, evitando usar sus poderes ante la gente, mezclándose entre ellos como una persona normal. En uno de sus destinos estaba Broadway, donde vería un musical de Disney que tanto se perdió durante los 70 años que se mantuvo en el hielo, deseando que todo este proceso lo pudiera superar con completa normalidad.
Al comprar su boleto, esperó a las afueras del teatro, admirando como la tecnología evolucionó drásticamente ante sus ojos, añorando con fuerza su verdadera época. Un hombre con traje negro posó a su lado, admirando también la belleza del lugar.
—¿No acostumbran las Alemanas admirar los avances norteamericanos? —Mencionó el hombre, apenas observando con su ojo bueno.
—No teníamos esta tecnología en esos años, si los tuviéramos, quizás el negocio familiar hubiese sido mundialmente reconocido. —Confesó la Alemana, guiando la mirada hacia el moreno. —Es un placer volver a verlo, Señor Fury.
—¿Crees tener un minuto de tu tiempo antes de entrar a ver a la empresa ratonaria?
—Qué insulto. —Kath giró su cuerpo hacia él, teniendo su completa atención. —¿Alguna misión importante? ¿Tercera guerra mundial?
—Quiero evitar una guerra. —Fury entregó un archivo a la Alemana, lo que llevó a la castaña abrirlo y sorprenderse por lo que vio. —Tu novio lo rescató del océano cuando salió a buscarte.
Kathryn lo miró fijamente para luego mirar a su alrededor, —Aquí no es seguro, sígame.
La castaña caminó hacia un callejón sin salida, siendo seguida por el líder de S.H.I.E.L.D. Cuando ambos estaban seguros de que nadie los vería, Kath formó un cubo perfecto en donde solo ambos escucharían. Antes de que la Alemana pudiese hablar, Fury interfirió.
—Ahora mismo no quiero que entres en un colapso mental por Howard Stark. —Las palabras de Fury hirieron a Kath, pero lo asimiló lentamente. —Él reportó que tu tenías conocimientos sobre el tesseracto más que nadie, mencionó que aquel cubo se obtendría energía ilimitada, sustentable y segura, nuestro planeta lo necesita urgentemente.
—En manos incorrectas sería una arma de destrucción masiva, lo que llevaría a la aniquilación. ¿No aprendió nada de lo que hicimos Steve y yo en la guerra? ¡Las armas de Hydra pudieron haber acabado con el mundo y la historia sería otra! —Admitió Kathryn, entregando el archivo a Fury. —¿Y quién lo tiene?
—Se llama Loki, y no es de por aquí. Si estás dispuesta, te pondremos al corriente de las cosas; El mundo se ha vuelto más extraño de lo que conoces. ¿Hay alguna cosa del Tesseracto que puedas saber?
Kathryn se rascó su cabellera con un leve gesto en su rostro y habló, —Antiguamente, el dictador y Schmidt compartían una pasión por el ocultismo, pero para Schmidt todo era real, aquél poder del Tesseracto debía poseerlo un hombre superior.
—Esa parte de la historia la conocemos Kathryn, necesitamos algo nuevo.
—Se comprobó que se puede usar parte de su poder para fabricar armas, pero mi teoría. —En este punto, Kathryn con su magia revela un bello universo. —Si se usa correctamente, el Tesseracto podía abrir portales a cualquier parte del universo y proporcionar un viaje Inter dimensional.
—Interesante teoría, Señorita Muller. —Sonrió lentamente Fury. —Antes de que lo olvide, dejé un archivo importante en su departamento. Espero que estés preparada mentalmente por lo que estás a punto de enterarte y lo que encontré hace pocos días para usted, espero que siga con su proyecto que dejó "pendiente".
Kathryn desactivó el cubo para ver cómo aquél hombre se escabullía entre la gente y desaparecer como si nada hubiera pasado. Aquellas palabras resonaron en su cabeza, logrando que cuando entró el teatro de Broadway a ver el musical del Rey León, pensó en todo lo que su nuevo jefe le comentó.
«Veamos en que resulta esta nueva era moderna»
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¿Tomarás mi mano? - Howard Stark
FanfictionKathryn Müller, de 20 años, es la mano derecha de Johann Schmidt. Se convierte en su "Ratita de laboratorio" para un experimento alemán, pero una falla grave en medio de la operación provoca que el laboratorio sufra daños importantes al igual que el...