Disonancia

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El entrar a la adolescencia, fue mi detonante.

En mi cabeza, si no podía ser lo que mi padre esperaba de mí, entonces sería todo lo contrario, como si fuera un intento tonto de llamar su atención o incluso de desafiarlo, la verdad es que quería intentar joderle la vida.

En esa etapa, mi vida se volvió demasiado desenfrenada, llena de excesos. Todo giraba en torno al alcohol, las drogas y el sexo. Me sumergí en fiestas interminables, durmiendo en lugares extraños, nunca llegaba a casa temprano. Este estilo de vida me permitió conocer a muchas personas, pero, aunque las sensaciones eran nuevas y excitantes, carecían de ¿Necesidad?

Estaba viviendo mi vida por primera vez en mucho tiempo, pero por alguna razón, no se sentía como esperaba, no sé con seguridad qué era lo que me faltaba, pero siempre existió cierta disonancia que me mantenía fuera de mí.

Quizás no era mi lugar.

Quizás solo estaba siendo impulsivo de nuevo.

Quizás debería regresar a casa... Esto me llevo a tomar acción, ya que mi insatisfacción solo seguía creciendo, me dejaba con un sentimiento vacío y cada vez era más y más grande ese hueco, estaba más que inconforme con mi vida. Por eso siempre existió ese algo que me hacía regresar a casa a altas horas de la noche, siempre estaba borracho o drogado, solo para conseguir desaprobación, necesitaba que alguien tomara el control de mi vida, ya que no estaba acostumbrado a tener está clase de libertad.

Sentía que la libertad no estaba hecha para mí.

Lo bueno es que... obtuve lo que quería.

Jeins estaba al tanto del desenfrenado estilo de vida que estaba llevando su hijo y no le agradaba en lo absoluto. Empezó a intentar controlarme, ya que está situación se le estaba escapando de las manos. A mi padre no le daba ninguna gracia mis constantes salidas, ni las juntas que ahora tenía, pero sus reacciones no hacían más que divertirme por días, ¿estabas preocupado de que pudiera manchar la impecable imagen de nuestra familia?, estoy en lo correcto, ¿no?

Cómo podrías vivir con eso.

¿Qué harías en tal caso?, sabiendo que tu hijo es un fracasado.

Que es una vergüenza.

Esas preguntas me inquietaban y al mismo tiempo, me daban cierto regocijo ante su malestar.

Parecía que su desaprobación era lo único que me mantenía volviendo a casa, después de mis noches de excesos. Era como si necesitara sentir que alguien de verdad se preocupaba por mí, aunque fuera de manera negativa.

Sabia que tenia un estilo de vida destructivo... Lo sabia.

Mi padre me prohibió muchas cosas y no puedo decir que estuviera equivocado al hacerlo. Sabía que los hábitos que estaba adquiriendo no eran precisamente buenos para mí, pero en ese momento, eso no me importaba en lo más mínimo. Ya me sentía enfermo de todas formas y lo que quería, lo estaba consiguiendo. Sin embargo, no me di cuenta de lo desafortunado que sería permitir que él volviera a involucrarse en mi vida.

Fue demasiado tarde cuando finalmente me di cuenta. Aunque logré escapar en algún momento, cometí el error de volver a lo que me había acostumbrado a vivir y ahora todo volvía a repetirse...

...

Una vez más, me vi necesitando su constante aprobación, recurriendo a la misma mentira que había diseñado para salvarme. Pero esta vez, todo estaba tomando un rumbo diferente, uno que no deseaba para mí y ahora tenía que adaptarme a ese papel.

¿Fue egoísta de mi parte?, El intentar liberarme...

A pesar de mis deseos, me vi obligado a seguir el guion, pero dentro de mí, persistía el temor de que nunca podría escapar de ese destino predeterminado. Sentía una aterradora sensación de estar atrapado en un camino que ya estaba escrito, un ciclo repetitivo donde cada desvío me llevaba de regreso al principio y cualquier intento de cambiar mi vida parecía inútil.

No saben lo aterrador que es, lo que ya está escrito...

Mi vida no continúa a menos de que siga ese rumbo.

...

Mi rebeldía ante la situación provocó que mi padre tomara medidas drásticas. Por primera vez, deseé que algo me sucediera. Jeins se desquitaba conmigo todo el tiempo, Samantha vivía histérica, provocando que nuestra casa se convirtiera en un campo minado, parecía ser yo el único afectado por las bombas que estallaban en nuestro hogar.

Nada volvió a ser lo que era, todo lo que allí había, ya se había perdido.

Fue demasiado.

Ese año marcó un antes y un después en lo que se convertiría mi familia y mi relación con ella.

Aún me culpo porque no encontré forma de solucionarlo, nada se estaba arreglando y yo no creía ser capaz de poder repararlo, ¡Tampoco existía algo como un perdón para mí!, Pensándolo mucho... no tenía otra opción más que resistir, porque no había una salida, las demás opciones nunca fueron elegibles para mí.

Yo nunca tuve el valor suficiente para enfrentarlo.

Decidí soportarlo, pues ese sentimiento de hogar seguía allí. Tuve que adaptarme, pero no sé cómo te terminas de acostumbrar a eso.

En ese año tan... Ese año, conocí a Cassandra Vera, una chica con problemas al igual que yo. Creo que el haber pasado por situaciones similares nos hizo conectar de inmediato y como dos almas en busca de consuelo, decidimos salir como un par de enamorados, con la esperanza de sanarnos.

Sin embargo, lo que no sabíamos en ese momento, es que dos personas heridas, no se pueden ayudar a sanar la una a la otra... Ninguno de los dos era capaz de pegar los trozos del otro, ni de ayudarlo a salir del hoyo, porque allí nos encontrábamos ambos hasta el fondo, sin saber cómo.

Compartíamos eso en común, el estar estancados.

Cassandra era como el fuego, intensa y tenia muchas espinas al igual que una rosa, también era hermosa al igual que una, era mi rosa... El problema que había en todo esto es que solo nos teníamos a nosotros, lo que provocó que ella desarrollara cierta dependencia hacia mí. Sin importar cuánto daño nos hiciéramos el uno al otro, cuán tóxico se volviera, seguíamos allí.

¿La razón?

Algo que llamábamos amor, pero ¿en verdad era eso? o ¿era el dolor que compartíamos?

Nos teníamos el uno al otro y por un tiempo eso fue más que suficiente, hasta que me encariñe... Fue cuando en verdad fui consciente de cómo el permanecer al lado de ella, solo la estaba marchitando, yo no había cuidado de ella adecuadamente y por primera vez, me detuve a pensar en el daño que le estaba causando.

Quería escapar, mis sentimientos eran demasiado problemáticos.

Yo no quería hacerme responsable por ellos.

Y así fui por un tiempo, me la pase huyendo y buscando que ella me odiara, pensando que si me odiaba, tal vez podría avanzar y salvarse a sí misma, pero Cassandra no me dejaba ir, ella no avanzaba sin mí, no sabia que yo no la podía salvar... quizás solo estaba cortando los cables que nos unían, acelerando nuestro deterioro, quizás solo estaba acabando más rápido contigo.

Era agotador siempre terminar cayendo en el mismo oscuro hueco con ella.

No porque no la quisiera, si no porqué en este hoyo no deberían haber otra persona más que yo mismo.

Cuando pienso en ti... Es confuso, no puedo evitar ser infantil y alejarme.

La complejidad de nuestras emociones y la toxicidad de nuestra relación me llevaban a buscar una escapatoria, aunque eso significara lastimarte aún más en el proceso.

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