4. ¿Coincidencia?

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Valentino

 

Me acerco al estudio donde se está llevando a cabo la sesión de fotos de la nueva colección de joyas, y cuya imagen de la campaña es mi sobrina Aimée.

Entro en el estudio justo cuando el fotógrafo anuncia que han terminado y mi sobrina deja de posar.

—Muy buen trabajo como siempre, Aimée.

—No necesitas decírmelo, guapo. Soy excelente en lo que hago —pronuncia, sosteniendo la mandíbula de Nick, el fotógrafo y deposita un casto beso sobre sus labios. Veo al muchacho sonreír, irremediablemente embobado—. ¿Qué estás haciendo aquí? —demanda, mirándome con enfado.

Hoy está cumpliendo sus veintinueve años, aunque a veces actúe más inmadura que Lucrecia, mi sobrina más pequeña con solo trece años. Al igual que yo, aunque no me enteré hasta veinticinco años más tarde, mi hermana Valeria se convirtió en madre con apenas dieciséis años. La situación fue un poco triste en un inicio ya que mi hermanita siquiera estaba enamorado del padre de Aimée cuando salió preñada, ninguno de los dos lo estaba del otro, sin embargo traerían un hijo al mundo y debido a ello tanto mi familia como la de mi cuñado los obligaron a casarse. Lo bueno de todo es que con los años se enamoraron y por ello llevan tantos años juntos. Tuvieron una segunda hija algunos años más tarde del nacimiento de Aimée, pero por desgracia enfermó muy pequeña y falleció.

—Feliz cumpleaños —murmuro, y como está enfadada conmigo se aleja cuando he intentado darle un beso en la frente.

—No quiero ni tus felicitaciones ni muchísimo menos tu beso de judas —pronuncia—. De hecho, ni siquiera quiero que me hables, traidor.

Dejo salir una bocanada de aire.

—Aimée, soy tu tío, sabes que me debes respeto.

Me ve mientras se cruza de brazos, con expresión enfadada, ofendida y yo diría que hasta dolida.

—Y yo soy tu sobrina y te recuerdo que me golpeaste por culpa de tu nueva hijita que te tiene todo deslumbrado.

Habla con tanto desprecio de Carolina que algo me dice que aunque reconozco que Aimée ve a las personas por encima de su condición social,  estoy segura de que hay algo mucho más aquí.

—No me sentí bien golpeándote, Aimée. Eres mi sobrina, la hija de Valeria, mi hermana gemela, la primera de mis sobrinos que tomé en brazos y me llamó tío, pero sabes perfectamente bien que me sacaste de mis casillas, aun así, te pido disculpas  y arreglemos está situación. No me gusta que mi sobrina favorita esté enojada conmigo y ni me hable.

—La única forma en la que podríamos arreglar está situación es si sacas a esa indigente zarrapastrosa de nuestras vidas, y que deje de llamarse nuestra familia porque una sangre sucia como ella no puede formar parte de nosotros.

De nuevo, ese odio va más allá de los orígenes de mi hija…

—Dime algo, quiero saber para entender mejor porque te expresas así de alguien que lo quieras o no es tu sangre, es mi hija y de ninguna manera la sacaría fuera de mi vida ni de la del resto de su familia, pero a ver, ¿por qué parece que la odias tanto? ¿Qué te hizo, Carolina?

—Nacer, eso hizo —responde.

—¡Aimée! —regaño.

—Pues aunque no te guste oírlo, es lo que es para mí, tío —pronuncia, ofuscándose—. Iván Forter estaba destinado a ser mío, ¿entiendes? ¡Mío!, entonces apareció ella en nuestras vidas y con su cara de mosquita muerta se las ingenió para robármelo. Tu hijita robó lo que era mío y por ello la odio y la odiaré tanto durante toda mi vida que nunca la aceptaré como una Leister. Esa indigente nunca será mi familia y le deseo lo peor.

Tan Solo un segundo ( Aurora y Valentino) ✔️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora