Ambos eran dioses dispuestos a dar todo de sí para proteger a su querido pueblo y también para defender a la persona que más amaban en aquel mundo.
K'uk'ulkan y su amada Ix Chel se verán obligados a actuar luego de que se encontrara una máquina cap...
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Ix Chel
Me vi obligada a dejar mi bordado para acercarme a los recién llegados Attuma y Namora, ambos vinieron junto a su escuadrilla después de su misión encomendada en tierra, intactos como siempre, sin embargo traían una acompañante peculiar por lo que mencionaban.
—¿Han secuestrado a la princesa Shuri de Wakanda?— cuestioné algo incrédula, hice mi cabeza hacia un lado y acomodé mi tocado de plumas observandoles, justo en este momemto estábamos en la superficie, específicamente en los aposentos que compartía con K'uk'ulkan, por lo que los dos traían las máscaras que les permitían respirar fuera del agua.
Ambos negaron ante mi cuestionamiento y fue Namora quien se adelantó a hablar antes de que siguiera cuestionándoles
—Na', la princesa heredera de Wakanda pidió una audiencia con K'uk'ulkan y contigo a cambio de que dejáramos vivir a la científica — explicó ella bajando la cabeza como si fuera a reñirle por traer a la extranjera a este sitio, sonreí y coloqué una de mis manos en su hombro dándole un leve toque para que se no siguiera con su cabeza gacha, no tenía por qué sentirse mal por ello.
—Está bien, mi niña, iré por él, lleven a la princesa a la cabaña donde pintamos los murales por favor, creo que estará bien que charlemos con ella ahí… será mucho máscómodo, dime ¿ahora mismo dónde se encuentra?— pregunté dando un suave apretón al brazo de Namora, ella me brindó una sonrisa leve a través de la máscara, su voz se distorsionó un poco cuando pronunció la respuesta gracias a ese artefacto mejorado por la mejor científica del reino.
—Está aquí mismo en unas cuantas salas más allá, siendo custodiada por dos de nuestras guerreras, creímos que al ser una zona más cálida no se vería sometida a la presión del océano… la científica también está con ella — Attuma fue quien intervino ahora. Sabía que Namora no tenía ni una clase de aprecio por los de la superficie, por lo que era seguro que de haber sido por ella, la hubiera enviado al calabozo donde se quedaban algunos de los prisioneros humanos que tomábamos para interrogar cuando invadían nuestras aguas. Jamás la metería a la residencia donde vivíamos si fuera su elección.
—Está bien, iré por K'uk'ulkan... la princesa Shuri puede venir al salón del códice, les pido que le brinden algo de ropa cómoda… vendré con ustedes después ¿está bien?— cuestioné bajando hasta las manos de Namora y apretandolas cariñosamente. La casa era una cueva muy grande, por lo que llevarla a un salón privado era mucho mejor — No creo que tardemos tanto, así que probablemente nos encuentren en la sala de esta estancia… prometo que todo estará bien
—De acuerdo, Na'— dijeron ambos haciendo la seña Talokanile con sus manos, respondí de la misma forma y les sonreí, para después lanzarme a la pequeña laguna que teníamos aquí, sumergiéndome en el agua en busca de mi Yaakunaj, que seguramente yacía viendo a las ballenas danzar en el océano.
