Ambos eran dioses dispuestos a dar todo de sí para proteger a su querido pueblo y también para defender a la persona que más amaban en aquel mundo.
K'uk'ulkan y su amada Ix Chel se verán obligados a actuar luego de que se encontrara una máquina cap...
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Omnisciente
Shuri y Riri discutieron sobre lo que deberían hacer, la princesa pensó bastante en las palabras de ambos Talokaniles, la gobernante le había hecho ver que para ella no eran integrantes de un pueblo, eran su familia… si se ponía a pensar seriamente sobre la situación, podía ver una evidente familiaridad en lo que habían sufrido sus pueblos... sin embargo seguía pareciendole una locura el querer invadir toda la superficie para demostrar la supremacía de sus reinos como las más grandes súper potencias del planeta, había algo en ella que quería ceder. Pero también existía ese "uso de razón " que le pedía fervientemente que no apoyara esa idea tan loca. De solo pensarlo recordaba a aquel extranjero invasor que llegó hace tantos años a Wakanda, Killmonger, J'Daka, su primo, quien poseía una ideología similar... tratando de usar su poderío militar para acabar con todos aquellos que eran represores de las comunidades más necesitadas del mundo.
Riri no paraba de decirle que había sido una pésima idea venir y que ahora se quedarían ahí por siempre, rogaba a todos los dioses que por arte de magia una nueva pantera negra apareciera y las salvara, aunque sabía que algo así no iba a pasar porque la Princesa ya le había contado la pérdida del protector de Wakanda... estaban solas contra su suerte en aquella cueva tétrica que le recordaba la constante amenaza que significaban los reyes de Talokan que en cualquier momento llegarían para matarla si así lo decidían. La joven científica no Wakandiana luchaba contra su propia desesperación tratando de encontrar una forma de salir de ahí sin que las mataran en el intento, mientras tanto Shuri comía un poco de dulces de los cuales la gobernante le había hablado, realmente eran deliciosos y se encargaría de agradecerle cuando ella regresara de lo que fuera que estuviera haciendo, los dulces Talokaniles eran una de los mayores manjares para todo tipo de paladar, además las mujeres que las custodiaban le habían ofrecido fruta fresca, incluso la adolescente que se encontraba ahí le regaló con buena voluntad una explicación breve de algunos frutos que Shuri jamás había visto en su vida.
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Por otro lado la gobernante estaba otorgándole una nueva prenda a la joven Dzan quien se media la ropa muy alegre, además de que se veía sumamente feliz al ver a Ix Chel portando la prenda que ella misma había bordado y le había regalado, la gobernante Talokanie siempre tenía esa clase de detalles con todo su pueblo, por eso era muy amada por todos ellos… ella realmente los trataba como su familia, incluso podía nombrar a cada talokanile viviente en ese momento. La capa reposaba sobre sus hombros y caía elegantemente por su espalda, haciendo que la brillante tela roja con delicados bordados demostrara su belleza en todo su esplendor.
